La mejor rebaja de comisiones es una buena gestión

Manuel Moreno Capa

Manuel Moreno Capa (Director de GESTORES) | Enero es el mes de las rebajas, aunque en el mercado de los fondos de inversión la tendencia general es de comisiones a la baja, debido a la creciente competencia entre gestoras. Sin embargo, en los primeros compases 2021 llega a los fondos una nueva versión de las rebajas de enero: bajar comisiones pero sólo para los clientes más fieles. Que es cómo decir a los partícipes: no vendan, aunque el fondo marche mal o regular, y a cambio les cobro menos. Lo siento, pero no me convence: la mejor rebaja de las comisiones es una buena gestión que haga ganar dinero a todos a los partícipes y no sólo a los gestores.

En el marco general de comisiones a la baja (una tendencia impulsada por los ETF o fondos cotizados, por los productos de gestión pasiva y por la fuerte competencia de las gestoras internacionales), sorprenden de cuando en cuando rarezas en la guerra de guerrillas desatada en torno a los costes de los fondos. Quienes leyeran esta columna a finales de noviembre descubrirían que una gran gestora anunció una subida de comisiones en sus fondos para equipararlas con los de fondos comparables de la competencia. Algo realmente inaudito: en lugar de esforzarme por ser más competitivo aplicando costes más bajos, los subo. La entidad anunció que también mejoraría la gestión de esos productos ahora más caros, pero eso está por demostrar, mientras que las comisiones aumentadas ya son una realidad que pesa sobre los bolsillos de los partícipes.

El primer día de enero nos trajo otra sorprende novedad en el mercado de comisiones: una popular gestora aplica desde esa fecha un peculiar escalado en sus comisiones, consistente en que los partícipes más antiguos pagan menos que los modernos o que los recién llegados. Lo cierto es que no ha sido un año particularmente bueno para ciertas entidades, por lo el mensaje suena a “por favor, aunque usted se haya comido serias pérdidas en 2020, no venda las participaciones, y a cambio le cobraré menos a partir del uno de enero”. Que conste que el entrecomillado es mío y no de nadie del sector. Pero el mensaje es el que es, cuando la lógica llevaría a lo contrario: si un fondo ha sufrido una pérdida brutal, digamos del 50 por ciento, por los efectos del coronavirus en los mercados, y pasados los meses apenas se recupera, lo que le pide el cuerpo al inversor es vender, largarse del fondo, materializar las minusvalías (que podrá aprovechar fiscalmente compensándolas con posibles plusvalías de los próximos cuatro años) y trasladar el dinero a otro producto que apunte mejores síntomas de recuperación (no son muchos, pero “haberlos haylos”).

Si no te has ido ya del fondo desplomado y te dicen que ahora te cobran una comisión más baja, te parecerá una buena noticia. Pero la auténtica buena noticia sería que un vuelco en la gestión permitiera una razonable recuperación de los valores liquidativos, sobre todo aprovechando que, en general, los mercados tampoco lo han hecho tan mal (y algunas bolsas lo han hecho muy bien) incluso en medio de la tempestad pandémica del año viejo.

Las comisiones erosionan día a día el valor liquidativo. Lo cual se nota menos si este muestra una evolución consistente y al alza. De lo contrario, con un fondo que se arrastra entre las pérdidas y los magros resultados sólo gana dinero el gestor, pero no gana nada el partícipe. En pocos otros productos se demuestra mejor el dicho de que lo barato es caro, o incluso que lo ya caro es más caro aún… porque muchos fondos siguen cobrando comisiones altísimas a cambio de nada, o incluso a cambio de que el partícipe pierda dinero una vez que la gestión se descuenta del mediocre o mal resultado del producto.

Otra cosa bien diferente es que un gran partícipe institucional consiga comisiones más bajas que el particular. Eso es normal y ocurre en cualquier actividad: quien compra grandes cantidades de lo que sea, es lógico que negocie y consiga un precio más bajo. Ahora bien, conseguir pequeñas rebajas por no moverse del producto, pase lo que pase en él, no suena tan razonable y, además, podría desincentivar incluso la llegada de nuevos inversores, que se preguntarán por qué tienen que pagar más cara la gestión que quienes llevan algunos años “aguantando” posiciones pase lo que pase en el producto.

Jugar a las rebajas de enero con las comisiones no parece un mensaje acertado. A mí me gustaría más ver todo lo contrario: gestoras capaces incluso de subir sus comisiones de éxito dado que los fondos que gestionan se salen de las tablas por arriba debido a sus importantes rendimientos, no por abajo debido a sus pérdidas.

La mejor rebaja en las comisiones es una buena gestión que acabe convirtiéndolas en poco relevantes para el partícipe. Todo lo demás suena a mercadillo de rebajas diseñadas como campañas de imagen, más que como esfuerzos por mejorar la gestión.