El sobrecargado sentimiento que mueve a Tesla en bolsa

Rob Hansen

Rob Hansen (Vontobel AM) | Tesla fue una de las acciones que más subió en 2020. Si bien es comprensible el optimismo sobre el futuro de los vehículos eléctricos, su valoración actual refleja unas agresivas suposiciones sobre su dominio del mercado de vehículos eléctricos y su conjunto de negocios auxiliares.

Aparentemente, Tesla es un fabricante de vehículos eléctricos con posibles efectos de red, la ventaja de haber sido pionero en el sector y posibilidades aparentemente ilimitadas en los negocios asociados. Estos factores han impulsado su valoración a niveles asombrosos de 700.000 millones de dólares. Aparte de la venta de vehículos eléctricos, sus otros negocios auxiliares y orientados al servicio parecen ofrecer un inmenso potencial. Para las empresas con este tipo de ofertas auxiliares u orientadas a los servicios, los inversores suelen pagar una pequeña prima por una baja probabilidad de un gran potencial en el futuro. Sin embargo, la valoración actual de Tesla refleja una alta probabilidad de que su negocio de vehículos eléctricos siga siendo dominante y que las empresas aún no probadas tengan éxito.

 Expectativas optimistas

 No hay que ser un bajista para preocuparse por la valoración actual de Tesla. Asumir una tasa de crecimiento anual compuesta del 22% en el volumen de ventas de vehículos eléctricos en los próximos 10 años implica que se negocia a más de 60 veces el beneficio de 2030. Incluso para los inversores más optimistas, este es un precio demasiado alto para un negocio de automóviles. Si bien sus títulos tienden a ir por delante de los fundamentals en bolsa, los niveles actuales implican que la compañía dominará las ventas de vehículos eléctricos y que muchos de sus negocios adyacentes son una apuesta segura. En resumen, mucho debe ir bien para que la valoración de Tesla esté justificada.

El pilar de la tesis de Tesla se basa en gran medida en su ventaja de ser el primero en utilizar la tecnología de las baterías y el dominio de la cadena de suministro. La condición de pionero de la compañía fundada por Elon Musk ha creado teóricamente una ventaja insuperable en la propiedad intelectual y la cadena de suministro de las baterías, que debería conducir a una producción de menor coste. Una vez que se establezca la producción de menor coste, Tesla reducirá los precios para el consumidor y reducirá los precios de los rivales justo en el momento en que se inicie la curva en S de la adopción de los vehículos eléctricos. Se espera que Tesla aumente sus ventas desde 500.000 coches al año en la actualidad a cerca de 4 millones de coches en 2030, generando márgenes brutos de automóviles que son de un 1% a un 4% más altos que sus competidores. Como referencia, General Motors vendió un promedio de 4 millones de coches en todo el mundo en los últimos tres años con márgenes brutos del 19%.

 En las tesis de inversión de Tesla hay muchas hipótesis incómodas sobre la competencia, pero dada la capacidad de mercado de la compañía, creemos que su relato es más complejo que la venta de coches eléctricos como ocurre con otros fabricantes. De lo contrario, Tesla no estaría cotizando con una valoración tan alta.

 ¿Más que un fabricante de coches?

La base del modelo de negocio de Tesla se basa en el número de vehículos que produce. La ventaja de ser el primero en el negocio genera una base de conductores que los analistas de la industria creen que se transformarán en suscriptores que pueden ser monetizados cada mes.

¿Qué servicios puede ofrecer Tesla? Los analistas estiman muchas opciones entre las que se encuentran: un paquete de vehículo autónomo (actualmente un coste inicial), actualizaciones regulares de rendimiento, cuotas mensuales de recargo, paquetes de mantenimiento mensual e incluso un paquete de entretenimiento completo con transmisión en directo y/o Tesla Arcade.

Tesla también tiene empresas auxiliares que podrían monetizarse y que podrían empaquetarse con sus vehículos; está Tesla Energy, Tesla Insurance y Tesla Mobility. La compañía ha anunciado recientemente importantes actualizaciones de su tecnología de baterías, así como la ampliación de su propia capacidad de fabricación de las mismas, por lo que podría convertirse en un proveedor de baterías para otros fabricantes.

Creemos que el mercado puede estar pasando por alto varios riesgos.

La creciente competencia por las baterías

La tecnología de baterías está evolucionando rápidamente y su posición dominante no está garantizada. En la actualidad, tiene previsto fabricar baterías sin cobalto (el cobalto es caro y difícil de conseguir). Sin embargo, la mayoría de los expertos creen que las baterías de estado sólido son el santo grial para los vehículos eléctricos ya que van más lejos (800km/500millas), se cargan más rápido y duran más. Rivales, como Toyota, QuantumScape y Samsung SDI, creen que pueden alcanzar la producción comercial en los próximos diez años.

Grandes esperanzas para los servicios

Incluso si Tesla alcanza los objetivos de volumen esperados debido a una adopción del coche eléctrico más rápida de lo previsto, sus acciones siguen atribuyendo demasiado valor al potencial de sus otras empresas. En pocas palabras, el valor de la opción incorporada en los otros negocios de Tesla factoriza una probabilidad de éxito casi segura, a pesar de los riesgos que pueden frenar la rentabilidad.

Lo más importante es que los competidores podrían empezar a ofrecer algunos de los servicios de Tesla de forma gratuita. Al mismo tiempo, numerosos startups también están observando el pastel de Tesla.

También hay riesgos de seguridad en los posibles paquetes de conducción autónoma y movilidad de Tesla. La firma es el único creador de la tecnología de vehículos autónomos que evita un importante sistema de visión llamado Lidar (Light Detection & Ranging). Este sistema permite al ordenador de un vehículo crear una representación en 3D del entorno que rodea al vehículo y proporcionar un mayor nivel de seguridad. La gran mayoría de los expertos están de acuerdo en que descuidar esta tecnología en favor de opciones más baratas basadas en radares y cámaras plantea riesgos de seguridad a largo plazo.

En conclusión

No se puede negar que Tesla ha alterado la industria del automóvil y probablemente para mejor. Ha obligado al mundo entero a avanzar desde una tecnología de motores de combustión interna de 150 años de antigüedad y ha forzado a los competidores a rediseñar la arquitectura de los vehículos desde cero. Tesla ha desarrollado una impresionante capacidad de fabricación y ha tomado la delantera en el diseño de baterías y la propiedad intelectual. También tiene potencial en sus servicios y negocios auxiliares.

Aunque el relato de Tesla tiene mucho que ofrecer, en esta coyuntura hay demasiados riesgos y una valoración que deja poco o ningún margen de seguridad, lo que un inversor a largo plazo debería ver como primordial para el éxito.