Emma Fernández: “España no ha tenido política industrial en los últimos 20 años, o más”

Emma Fernandez

Fernando Rodríguez | La consejera de Metrovacesa, Asti y Axway, apunta que debemos aprovechar los fondos europeos para ser más fuertes en nuestros sectores más competitivos: “Turismo, energía, alimentación,… en aquellos sectores donde tenemos gente con mucho conocimiento y somos líderes debemos aprovechar los fondos de recuperación e invertir en tecnologías para ser más fuertes y competitivos” apunta Emma Fernández. “Me parece muy complicado de la mañana a la noche transformar una sociedad y que afloren compañías que creen empleo en sectores totalmente nuevos. Nuestra transformación deber gradual. Y aprovechar los fondos europeos para hacer una transformación inteligente de nuestras fortalezas”.

Hay quien piensa que la prolongación de la pandemia ha acelerado mucho -se habla de entre seis y diez años- la digitalización en nuestro país. ¿En qué punto de desarrollo de la digitalización nos ha encontrado la pandemia?

Mejor de lo que esperábamos, aunque la pandemia también ha puesto de manifiesto la distancia que hay entre las pequeñas y medianas empresas y las grandes corporaciones. La infraestructura de telecomunicaciones ha funcionado extraordinariamente bien: el tráfico ha aumentado un 40 por ciento y la red no se ha resentido.  Las infraestructuras han sido suficientes y las grandes compañías ya tenían las aplicaciones para organizar el teletrabajo. Para las pequeñas ha sido diferente. El esfuerzo ha sido mayor, pero visible. Muchos negocios de hostelería, por ejemplo, han puesto en marcha los códigos QR para los menús, de modo que el grueso de la sociedad se ha adaptado bien.

El turismo o la hostelería sufren mucho, y no tanto, por ejemplo, la industria tecnológica.

España tiene un déficit tecnológico claro. Pero las compañías líderes de tecnología no están ya en Europa, sobre todo las de digitalización, que son más bien norteamericanas o están en el polo asiático. De hecho, la pelea entre Estados Unidos y China tiene mucho que ver con el liderazgo digital, y Europa, igual que fue en su día líder en el segmento tecnológico, por ejemplo en la telefonía móvil, ahora mismo es ya un seguidor en aspectos como  la inteligencia artificial o la tecnología `cloud´. En España, también estamos por detrás de la media y esto ha hecho que nuestras empresas sean más del sector servicios que del industrial.  La pandemia ha atacado a los servicios, que son el corazón de este país, pero nunca se ha hablado tanto de ciencia, ni de tecnología ni de digitalización como en el último año. Usted y yo no estaríamos haciendo esta reunión por Teams en este momento…

¿Qué palancas de innovación y tecnología deberían potenciarse ahora? Da la impresión de que la industria como tal no interesa mucho en España.

España tiene más industria de la que creemos conocer y tenemos muchos líderes en automoción y sus componentes -Gestamp, Antolin-, en la logística y el retail -Inditex-, una Administración Pública con una Sanidad que no es mala …Tenemos muchos elementos que han demostrado que podemos competir en ámbitos de tecnología compleja y con vocación global. Pero es verdad que nuestro sistema empresarial, exceptuando determinadas regiones con industria de máquina herramienta y otras potentes, está basada en empresas pequeñas. Eso es síntoma de que no hay cultura suficiente de emprendimiento y de que hay una educación sin el componente tecnológico y de gestión necesario para crecer. Y también hay un déficit en competencias digitales en las empresas, así que deberíamos asumir la obligación de formar a nuestros profesionales en estas tecnologías de futuro. Hay una clara oportunidad de incorporar estas tecnologías a los distintos sectores donde estamos presentes.

¿Cómo ve la política industrial y la tecnológica en España?

Es que creo que España no ha sido un país que haya tenido lo que se conoce como política industrial en los últimos veinte años. O quizá más. Tenemos instrumentos que financian el  I+D y permiten hacer muchos proyectos innovadores, y hay muchísimos ejemplos. Pero cuando se habla de política industrial, en el sentido moderno de Mazucatto, es decir, indicando esa política de misiones con las que el país define donde quiere estar a largo plazo, no hay mucho consenso y no hay una discusión suficiente. Para tener visión de largo plazo hay que contrastar muchas ideas y definir cómo queremos que sea nuestra sociedad del futuro.

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