Intermoney | España tiene un atractivo especial a la hora de invertir en energías renovables, pues nuestro país por su localización y su climatología nos permite tener un gran abanico de posibilidades de extraer energía de la naturaleza sin dañar el medio ambiente.
Principales fuentes de energía en España
Actualmente España es un país con un mix energético muy diversificado, donde conviven fuentes de energía convencionales con fuentes de energía renovables. Nuestro país se encuentra en un momento de “transición energética”, por el cual está abandonando poco a poco los combustibles fósiles y apostando más por “energías verdes”, procedentes de la naturaleza.
En el siguiente gráfico se puede ver la evolución del mix energético español con respecto a la potencia instalada nacional (2006-2021). Se denota un fuerte incremento en la potencia instalada renovable, especialmente energía eólica y fotovoltaica, con crecimientos de un 139% y un 9.110% respectivamente si se compara con el año 2006.
Análogamente, se puede ver una disminución en lo que a energía convencional instalada se refiere (carbón y fuel + gas), con decrementos de un 53% y un 73%, respectivamente.
¿Por qué invertir en energías limpias?
Existen varios motivos por los cuales se debería invertir en energías limpias, comenzando por la sostenibilidad. Vivimos en un mundo donde históricamente se han utilizado fuentes de energía finitas, como son los combustibles fósiles. Independientemente de lo limpias que sean, se sabe que tarde o temprano se van a agotar, por lo que se necesita una alternativa sostenible en el tiempo.
Los combustibles fósiles no solo son limitados, sino que perjudican gravemente nuestro entorno y nuestra salud. La inyección de dióxido de carbono a nuestra atmósfera por parte de sectores como el industrial o del sector transporte, entre otros, es uno de los causantes del cambio climático, así como de numerosas enfermedades.
Invertir en energías renovables no solo supone contribuir con un futuro energético que perdure en el tiempo, sino que implica dejar de dañar el medio ambiente y aprovecharse del potencial energético que tiene la Tierra por el simple hecho de existir. En resumen, cuidar de nuestro planeta y de nuestra salud, así como dejar un mundo más sostenible a las generaciones venideras, son razones suficientes para invertir en energías renovables.
El atractivo de España para invertir en renovables
Como se comentaba anteriormente, España ha crecido mucho desde el año 2006 en lo que a potencia instalada renovable se refiere. De cara al futuro, somos uno de los países adheridos al Acuerdo de París, por el cual se pretende frenar el aumento de la temperatura mundial por debajo de los 2ºC respecto a los niveles preindustriales, así como esforzarse para limitarlo a un aumento por debajo de 1,5ºC.
En consonancia con el Acuerdo de París y siguiendo la línea marcada por la Unión Europea, el Gobierno de España publicó el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC 2021-2030), tal y como os lo contábamos en nuestro post Políticas para el cambio climático, redactado por Ricardo Sales.
De esta manera, España ya tiene el camino trazado hacia una economía prácticamente descarbonizada en el año 2050, basado en leyes que apoyan el desarrollo de proyectos de energías renovables. Como ejemplo, la última subasta de renovables, llevada a cabo el pasado mes de enero y por la cual se instalarán en nuestro sistema 3.034 MW, de los cuales dos terceras partes serán fotovoltaicos y el resto eólicos.
Por último, no solo conviene invertir en energías renovables a gran escala. El pequeño consumidor también se ha visto beneficiado el último año. En marzo de 2020 os contábamos en nuestro post Compensación de excedentes en autoconsumo, escrito por Lourdes González, los beneficios de tener una instalación fotovoltaica de autoconsumo, por la cual se podrán compensar sus excedentes gracias a la nueva Ley. Si a ello le sumamos la evolución de la tecnología y la reducción de los precios durante los últimos años, se tiene una situación propicia para invertir en energías limpias.
