El hundimiento de Credit Suisse

Ana Racionero (Intermoney) | Como todo el mundo sabe, poco dura la alegría en casa del pobre, y las ganancias de las bolsas de ayer, cuando parecía que se iba a superar el incidente del SVB, se tornaban nuevamente en pérdidas cuando el Credit Suisse, ya en dificultades desde hace tiempo, anunciaba que su mayor accionista no estaría dispuesto a inyectar más ayudas al banco, llegando a perder sus acciones cerca de un 25% de su valor. El WTI caía por debajo de los 70 USD por primera vez desde 2021, el sector bancario era arrasado en los parqués, y los flujos eran traspasados de la renta variable a la renta fija en búsqueda de seguridad, rebajando nuevamente las rentabilidades de los bonos. El USD, al actuar como valor refugio, ascendía frente a sus pares. El coste de los CDS se disparaba ante el creciente temor a un riesgo sistémico. Alrededor del mediodía, el hundimiento de Credit Suisse habría impulsado una fuga de 60.000 millones de USD de los bancos europeos, según Bloomberg. El Eurostoxx retrocedía cerca de un 3%.

Con todo y con eso, a primera hora de la mañana se filtraba a través de Bloomberg una noticia en virtud de la cual el BCE aún se inclinaría por una subida de 50 pb en su reunión de mañana ante las expectativas de que la inflación siga aumentando, tal y como ponía de manifiesto hoy mismo la revisión al alza del IPC francés final de febrero, que se elevaba una décima del provisional en todas sus categorías, debido fundamentalmente al aumento de los precios de los alimentos. Sin embargo, a medida que avanzaba la jornada y caían las acciones, los mercados monetarios rebajaban sus apuestas de una subida de tal calibre y pasaban a apostar en su mayoría por una de 25 pb. El euro retrocedía frente al USD y el “Atlantic Spread”, que se había cerrado 10 pb, se volvía a ampliar.

Como muestra de la tremenda volatilidad que estamos viviendo esta semana, el EURIBOR a tres meses subía hoy 6.2 pb tras haber caído ayer 20.4, en la que era su mayor caída desde 2001. Los swaps de la FED pasaban a descontar 100 pb de bajadas de tipos desde el pico de tasa de interés, previsto para mayo con un aumento de 25 pb, hasta finales de año. Para la próxima semana, las apuestas están al 50% entre una subida de 25 pb y una parada, ya que el endurecimiento de las normas de préstamo de los bancos estadounidenses ya conduce a unas condiciones financieras más restrictivas.

La publicación de unos IPP americanos por la tarde muy por debajo de las previsiones reforzaban los avances de los bonos, dadas las mayores expectativas de que nos hallemos más cerca del tan deseado pico de inflación. Una encuesta manufacturera de NY al -24.6 (vs. -7.9) y unas ventas minoristas en negativo darían muestras de cómo el endurecimiento de la política monetaria se estaría transmitiendo a la economía.

El aumento de la tensión geopolítica también contribuía al “risk off mode”, cuando un caza ruso colisionaba con un dron americano sobre el Mar Negro.

Al cierre europeo, la rentabilidad del bono alemán a dos años había retrocedido 47 pb, y el americano, 49 pb. A diez años, Alemania cedía 28 pb y E.E. U.U., 25 pb. Dadas las mayores caídas de las rentabilidades en el corto plazo, las curvas cogían pendiente. Las primas de riesgo se ampliaban; 8 pb la española, y 13 pb la italiana.