Enrich: «Un gestor sin ‘engagement’ es un mal gestor»

Fernando Rodríguez | La Asociación Española para las Relaciones con Inversores (AERI) cumple este año su 30º Aniversario. Su presidente, Manuel Enrich, comenta con Emisores/Consenso del Mercado algunos aspectos de actualidad.

¿Qué cambios le parecen más relevantes para la IR desde que nació AERI?
Cuando nació la Asociación hacíamos relaciones con inversores de forma muy precaria. Básicamente, recibíamos a 4 o 5 analistas o ingleses o americanos que venían a verte y a preguntarte sobre la compañía. Normalmente los recibía alguien que supiera inglés. No teníamos idea de porque lo hacíamos, ni para qué, ni para quien. Cuando comenzamos a ser invitados a Londres por los bancos de inversión, nos juntamos unos cuantos profesionales para intercambiar experiencias. Intercambiábamos tarjetas e información. Así nació la Asociación. Ahora, La función se ha profesionalizado.

¿Hasta qué punto se ha profesionalizado la función?
Ha sido un salto muy cualitativo. Es una función reconocida, con un área que existe, con dependencia de la dirección financiera o del Ceo. Lo que cambia radicalmente la figura del IR en España es la depredación de los años 90 entre las compañías, cuando todo el mundo quería comprar alguna cotizada. Las que fueron objeto de mayor interés de depredación fueron las primeras en desarrollar el área de relaciones con los inversores. Por ejemplo, Iberdrola, cuyo jefe de entonces, que sigue siendo el mismo, es probablemente el mejor IR del mundo, y así se ha reconocido varias veces en los premios concedidos en el sector. Y  también hay compañías nuevas, como Merlin Properties, que también han nacido con un muy buen nivel de IR. Otro cambio es que, cuando nació la Asociación, las relaciones con la CNMV las llevaba el secretario del Consejo  y ahora las compañías nuevas, desde el 2010 o el 2015 , encargan están relación al área de IR.

Qué piden los inversores
Piden conocer o relacionarse con un jefe, un chief level: el director financiero, el de operaciones…Dependiendo de a quien vayas a ver y para que, vas con unos u otros responsables a hacer las presentaciones.

Se observa también la relevancia que tiene el engagement o relación regular del inversor con la cotizada, con un enfoque más o menos activista o agresivo
Es una realidad y ya hay determinados códigos que están obligando a que el inversor sea más activo.

La CNMV ya está trabajando en un `stewardship code´ o código de administración para España con un grupo en el que están representados los emisores, los inversores, los proxys, los responsables de IR y otros operadores del mercados. ¿Qué se puede esperar?
Es un código que va a afectar a las gestoras españolas. Se debe procurar que no se interprete que se está mandatando a las casas de in versión para que tengan una actitud activista en las compañías.  Pero, si se lleva a término, tiene que introducir un nivel de engagement que sea razonable. Pero para mí, un gestor que no visita la compañía donde está invertido es un mal gestor. De todos modos, el gestor no debe estar donde no entiende lo que está ocurriendo. La extensión del engagement es una corriente en Europa y cada vez hay más asistencia a las juntas de accionistas y más análisis de los puntos de orden del día. Y hay más beligerancia en determinados aspectos concretos como la elección de los consejeros. Pero en España, la gente que lo hace lo seguirá haciendo y la que no lo hace hará un cumplimiento formal. 

¿Y cómo ve el desarrollo de la actividad de identificación de accionistas en las cotizadas?
No he visto todavía muchas compañías que se sienten seriamente a ver cuál es su base de accionistas y por qué lo son, y quien debería estar y no lo está y por qué. Las compañías en España tienen amo.  Aunque hacen relativamente bien la función de informar.

Otro aspecto a considerar es la eclosión del compromiso ESG.
Hay muchos niveles. La parte de la E y de la G, se entiende, aunque aquí también hay `greenwashing´. En la S es donde hay más recorrido, y el compromiso ya está aquí y ha venido para quedarse.

También hay sobrerregulación en ese aspecto ESG y en otros. ¿Cómo afecta a la labor del IR?
Depende del sector, y ahí está el caso de las eléctricas o de los bancos, en especial, con una sobrerregulación extraordinaria. Pero hay algo que te va a poner más o menos difícil el cumplimiento y es la burbuja macroeconómica. Y ahora estamos en un momento difícil porque tenemos un entorno político-económico muy complicado que me da la impresión de que está produciendo mucha inseguridad jurídica. Lo que está pasando con los bancos, el alquiler, las eléctricas, las autopistas y las infraestructuras…Todo eso es un dolor de cabeza para los IR. El momento en que tu país no tiene credibilidad. Eso ya lo hemos vivido y no es la primera vez que nos pasa. En 2009 y 2010 no se vendía nada que tuviera que ver con España y hubo que organizar un Spain Investor Day para atajar ese problema que era acuciante. Es importantísimo que el marco político-económico de estabilidad y seguridad, y eso no lo tenemos.   

¿Qué va a marcar el futuro del IR?
Cada vez se va a acudir más a los especialistas de IR para saber qué ocurre en las compañías, y menos a los gestores.

¿Qué perspectivas tienen AERI?
La bondad de la Asociación como tal es que sigue siendo un lugar de encuentro para los profesionales y ayudarnos entre nosotros.