Las claves de la semana

Hans-Jörg Naumer (Allianz GI) | En un entorno que se ha vuelto generalmente más inestable, conviene, desde un punto de vista táctico a corto plazo, conservar el bañador, es decir, reducir la exposición a renta variable. En cuanto a la renta fija, también hay que mantenerse cauto. Los bonos del Tesoro estadounidense deberían beneficiarse inicialmente del repunte del apetito por el riesgo y de la lucha contra la inflación de los bancos centrales, ya que esto debería reducir las expectativas de inflación. A medio plazo, sin embargo, este segmento deberá aceptar que la inflación está aquí para quedarse, mientras que al mismo tiempo los bancos centrales seguirán reduciendo la marea de dinero barato, es decir, recortando sus balances y colocando bonos en el mercado”.

Claves de la próxima semana:

Los mercados recuperaron la confianza a lo largo de la semana pasada y volvieron a respirar tras unos días de caídas. Sin embargo, el problema no se ha resuelto. El lento retroceso de la marea de liquidez debería seguirse notando. En este contexto, también es importante digerir la última reunión del FOMC. Asimismo, destacan principalmente los índices de confianza, con su función de indicador adelantado de la evolución económica.

  • El mismo lunes se publica el índice Ifo de confianza empresarial de Alemania. Será interesante ver si se mantiene la divergencia entre el debilitamiento de la situación actual y la mejora de las expectativas, o si el componente de la situación mejora, gracias, por ejemplo, a la drástica bajada de los precios del gas y el petróleo.
  • El martes destacan el índice de confianza de los consumidores de The Conference Board y el indicador de confianza de la Fed de Richmond para Estados Unidos.
  • El miércoles se publica el índice GfK de confianza de los consumidores de Alemania.
  • El jueves sabremos los datos definitivos del producto interior bruto (PIB) estadounidense. El consenso anticipa una ligera mejora con respecto a la 2.ª previsión para el cuarto trimestre de 2022, que ya fue sólida. Apenas ningún motivo de revuelo. Al fin y al cabo, los datos del PIB como tales ya tienen un carácter muy retrospectivo.
  • El último dato destacado debería ser, el viernes, el deflactor del consumo privado de Estados Unidos, al que se prestará especial atención. En un entorno que se ha vuelto generalmente más inestable, conviene, desde un punto de vista táctico a corto plazo, conservar el bañador, es decir, reducir la exposición a renta variable. En cuanto a la renta fija, también hay que mantenerse cauto. Los bonos del Tesoro estadounidense deberían beneficiarse inicialmente del repunte del apetito por el riesgo y de la lucha contra la inflación de los bancos centrales, ya que esto debería reducir las expectativas de inflación. A medio plazo, sin embargo, este segmento deberá aceptar que la inflación está aquí para quedarse, mientras que al mismo tiempo los bancos centrales seguirán reduciendo la marea de dinero barato, es decir, recortando sus balances y colocando bonos en el mercado.