Inversión temática: ¿buscar los Amazons del futuro o evitar a los Yahoos?

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Pierre Debru (WisdomTree) | La inversión temática permite a los inversores centrarse en tendencias e ideas específicas que se espera que tengan un impacto significativo en la economía y la sociedad. Al invertir en empresas posicionadas para beneficiarse de estas tendencias, los inversores pueden aspirar a invertir en las megacapitalizaciones del mañana y captar el crecimiento potencial de estas empresas, si la expectativa de la temática se cumpliera.

Sin embargo, no todas las empresas de inteligencia artificial (IA) o de baterías se convertirán en la próxima Apple. Algunas empresas fracasarán, otras se estancarán y unas pocas se convertirán en los líderes del mañana. El efecto de «el ganador se lo lleva todo» está muy bien documentado y se resume muy bien en «¿Rinden mejor las acciones que las letras del Tesoro?» (Bessembinder, 2018). Muestra que solo el 4% de todas las empresas estadounidenses representan toda la creación de riqueza del mercado bursátil estadounidense desde la década de 1920.

La interpretación que hacen los inversores de estos resultados es interesante. Los inversores de mentalidad pasiva se basan en los datos para enfatizar los retos de la selección de acciones y los interpretan como una razón para invertir en estrategias vinculadas a índices, como un fondo cotizado en bolsa (ETF) del Nasdaq, por ejemplo. Los inversores de mentalidad activa tienden a utilizarlos para defender carteras muy concentradas cuyo objetivo es invertir únicamente en el 4 % de las acciones ganadoras.

Esta tendencia a concentrar excesivamente las carteras es evidente cuando se examinan los fondos temáticos multitemáticos/diversificados o de megatendencias en Europa. Como muestra en el Gráfico 1, el número medio de participaciones de estos fondos es de 99 acciones; 99 acciones para invertir en diez o veinte temáticas diferentes al mismo tiempo.

En el contexto de las temáticas, en WisdomTree pensamos que ambos enfoques son erróneos. Al invertir en todo el ámbito de acciones, las estrategias pasivas no utilizan las herramientas que ofrece una lente temática para acotar su ámbito de inversión. Por lo tanto, diluyen su rentabilidad potencial a largo plazo. Los fondos activos son demasiado ambiciosos al intentar invertir solo en los futuros ganadores y evitar todos los futuros perdedores. No aprenden del pasado ni reconocen que es mucho más perjudicial para la rentabilidad a largo plazo perderse la próxima Apple que invertir en unos cuantos Yahoos.

Lecciones aprendidas de la inversión en acciones de Internet

Para ilustrar este efecto, podemos tomar como ejemplo el tema de Internet y cómo los inversores podrían haber intentado beneficiarse de él ya en 1998. Para ello, probamos dos enfoques diferentes:

  • Invertir en una cartera diversificada de las diez mayores acciones puntocom del momento, que incluirá fiascos, pero también a Amazon.
  • Invertir en una cartera más concentrada y perderse potencialmente Amazon.

Durante el periodo comprendido entre el 31 de diciembre de 1998 y el final de junio de 2023, el S&P 500 ganó un +472,43 % (o un 7,38 % anual), y el Bloomberg US Aggregate un +148,8 % (+3,8 %). Suponiendo una simple inversión a partes iguales en las diez mayores acciones de Internet a finales de 1998, un inversor habría ganado un 797 % o un 9,4 % anual. A pesar de que tres empresas perdieron valor y solo tres obtuvieron rendimientos decentes durante el periodo, los inversores habrían batido al mercado en un 1,9% de media anual. Esto es, por supuesto, el resultado del excepcional crecimiento de Amazon, eBay y Booking.com.

Veamos ahora una cartera más concentrada. Supongamos que el inversor decidió elegir solo cinco acciones en las que invertir. La dispersión de resultados en esas carteras es enorme: la peor cartera pierde un -94 % de su valor a lo largo de los 24 años y la mejor gana un 1281 %.

El Gráfico 2 muestra la dispersión de los rendimientos anualizados de todas las posibles carteras de cinco acciones. El 40% de todas las carteras batieron al S&P 500 y a la cesta diversificada de diez acciones, mientras que el 60% de ellas obtuvieron peores resultados que el S&P 500. Indagando un poco más, la diferencia entre batir al S&P 500 y no batirlo es la inversión en Amazon. Todas las carteras que incluían a Amazon batieron al mercado. 

La conclusión obvia es que, aunque «ver» el potencial de crecimiento de Internet podría haber sido una inversión ganadora a largo plazo, un resultado positivo no habría dependido de evitar varias de las empresas que no lo consiguieron, sino de asegurarse de poseer la única empresa que ganó la guerra.

Conclusión

Al invertir en temáticas, los inversores pueden acceder a fuentes formidables de crecimiento. Pero este crecimiento no se reparte por igual entre todas las acciones de la temática. Al fin y al cabo, es un mundo en el que los ganadores se lo llevan todo. Por tanto, el éxito de una inversión temática dependerá de lo siguiente:

  • Centrarse en una temática de éxito que permita una mayor exposición a un ámbito más reducido de empresas en comparación con una inversión en el mercado en general.
  • Aumentar las posibilidades de que la cartera incluya a los futuros ganadores en las temáticas, lo que significa tener un enfoque diversificado para la selección de acciones temáticas.

Este enfoque diversificado puede aumentar la exposición de los inversores al próximo Apple, minimizando al mismo tiempo el riesgo potencialmente desastroso de perdérselo.