El BCE fija inesperadamante en el 0% la remuneración de las reservas mínimas de los bancos

Sede del BCE en Frankfurt

Intermoney | El BCE no se desmarcaba del guion y acometía su novena subida consecutiva en sus tres tipos de referencia de 25 p.b. llevando al 3,75% la facilidad de depósito, al 4,25% el de las operaciones principales de financiación y al 4,5% el tipo de interés del crédito marginal. Al igual que sucedía con la Reserva Federal, nuestro banco central vinculaba la posibilidad de más acciones al devenir de los datos mientras se asegura de que los tipos sean lo suficientemente restrictivos.

No obstante, el encuentro no estaba exento de sorpresa pues el BCE fijaba en el 0% la remuneración de las reservas mínimas de los bancos, en una decisión que será efectiva a partir del inicio del período de mantenimiento de reservas a partir del 20 de septiembre de 2023.

Según el banco, con esta decisión “se preservará la eficacia de la política monetaria al mantener el grado actual de control sobre la orientación de la política monetaria y garantizar la transmisión total de las decisiones sobre tipos de interés a los mercados monetarios. Al mismo tiempo, mejorará la eficiencia de la política monetaria al reducir la cantidad total de interés que debe pagarse sobre las reservas para implementar la postura adecuada”.

Las entidades de crédito de la UEM deben de mantener unas reservas mínimas de manera obligatoria (1%) en las cuentas que tienen abiertas con sus respectivos bancos centrales. Esto permite que los bancos puedan hacer frente a cambios en los mercados monetarios donde se prestan entre sí, depositando o retirando fondos de sus reservas. Con esta decisión sobre las reservas mínimas se busca reducir los pagos de intereses de los bancos centrales en un momento en que algunos están sufriendo fuertes pérdidas por las tenencias de bonos en sus carteras. La decisión sobre las reservas mínimas, como hemos explicado, era inesperada y tendrá un impacto sobre 164,8 mm. €; que a su vez cuenta con un exceso de reservas de 16,81 mm. €.

Antes de la decisión, el BCE estaba pagando un interés del 3,25% sobre las reservas, lo que se tradujo en un ingreso anual de cerca de 5,4 mm. €. Cabe recordar que los bancos prestadores de la zona euro se han beneficiado de las subidas de tipos del año pasado considerando el beneficio que sacaban por los préstamos mientras mantenían la cantidad pagada por los depósitos cerca de cero. Sin embargo, el efecto se va disipando a medida que aumentan los costes de financiación debido a la competencia por los depósitos, mientras cae la demanda de préstamos. Lo que estamos presenciando realmente es un ligero endurecimiento adicional de la
postura.

La inesperada acción del BCE se trasladaba rápidamente a la banca y su cotización. Dentro de los índices europeos, el sector bancario era de los que mostraba un comportamiento más timorato. De hecho, entidades como Deutsche Bank perdían con la noticia un -3,34%. Con todo, la sesión podíamos tildarla de positiva y esto se debía a que el mercado hacia una interpretación más “dovish” del comunicado de la presidenta Christine Lagarde y apostando por una pausa en septiembre.

En la última reunión, el BCE explicó que se esperaba que las condiciones de financiación más estrictas disminuyesen cada vez más la demanda. Ahora, desde el banco se apunta que los aumentos se están transmitiendo con fuerza y las condiciones están amortiguando cada vez más la demanda. Realmente nuestro banco está comenzando a ver la transmisión de la política monetaria en la información económica y esto lo hemos podido comprobar de primera mano en las encuestas de préstamos bancarios y crédito elaboradas por él mismo. Aun así, el BCE tendrá en cuenta para septiembre tres cosas: la evaluación de las perspectivas de inflación a la luz de los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la fortaleza de la
transmisión de la política monetaria.

Por lo demás, como últimos apuntes Lagarde explicaba que no se ha discutido la reducción del balance más allá del ritmo actual, al tiempo que apuntaba a que la economía se mantendrá débil en el corto plazo frente a la mayor fortaleza del mercado laboral. En grandes líneas, las perspectivas de crecimiento e inflación siguen siendo inciertas. El crecimiento podría ser más lento si el impacto de la política monetaria es más fuerte de lo esperado, pero podría ser mayor si la solidez del mercado laboral y el aumento de los ingresos hacen que los ciudadanos y las empresas adquieran más confianza. Lo que si está claro es que en septiembre se subirá o se mantendrán los tipos donde están dependiendo de los datos, por lo que una reducción de aquí a finales de año no entra en las quinielas.