No está claro que realmente la inflación en la Eurozona se vaya a disparar al alza de forma estructural

J.J. Fdez- Figares (Link Securities) | En una sesión que fue claramente de más a menos, los principales índices bursátiles europeos volvieron a cerrar ayer a la baja, lo que los ha llevado a ceder en las últimas sesiones gran parte o la totalidad las fuertes ganancias registradas durante la sesión del pasado lunes. Detrás de este negativo comportamiento, que está afectando en mayor medida a los valores catalogados como de “crecimiento”, estaría el fuerte repunte que han experimentado recientemente las rentabilidades de los bonos, especialmente de los de más largo plazo, repunte inducido, como explicamos ayer por el incremento de las expectativas de inflación en el corto plazo. Si este repunte de la rentabilidad de los bonos, que conlleva la caída del precio de este tipo de activos, hubiera sido por la razón correcta: por la mejora de las expectativas de crecimiento económico en la región, la “película” sería muy diferente. No tenemos claro que realmente la inflación en la Zona Euro se vaya a disparar al alza de forma estructural, aunque sí esperamos que por el efecto base suba en los próximos meses -como señalamos ayer, los precios de muchos productos y servicios cayeron en 2020 con fuerza en los meses en los que se impuso el confinamiento generalizado de la población para intentar luchar contra la pandemia-. No obstante, los inversores sí parecen temer que la inflación “llegue para quedarse”, lo que ha provocado la venta masiva de bonos, que ayer afectó en mayor medida a los de los países periféricos, y el consiguiente repunte de sus rentabilidades. 

Si bien todo lo explicado es lo que está sucediendo, otra cosa es que se pierda la perspectiva. La realidad es que, por mucho que repunten las rentabilidades de los bonos a largo plazo de la región, éstas se mantendrán a niveles excepcionalmente bajos en términos históricos relativos, tanto en términos nominales como en términos reales, teniendo en cuenta en este último caso la inflación. Es por ello que, si bien en el corto plazo el repunte de los tipos a largo puede generar cierta inquietud entre los inversores, y puede afectar especialmente a los valores que basan su atractivo en su capacidad de crecimiento -estas compañías son más sensibles a las subidas de las tasas de interés a largo de los bonos ya que éstas se suelen usar a la hora de valorar las mismas descontando sus futuros flujos de caja-, creemos que los factores que vienen impulsando al alza los mercados de renta variable, factores como la distribución masiva de las vacunas contra el Covid-19, las expectativas de recuperación económica, las políticas monetarias y fiscales expansionistas y los positivos resultados empresariales, terminarán por imponerse a medio plazo tanto en las principales plazas europeas como en Wall Street. 

En este último mercado, en el que los principales índices también cerraron la sesión de ayer en negativo, aunque lejos de sus niveles más bajos del día, la “gran cuestión” que fue debatida por analistas y estrategas durante la jornada fue el nivel que tiene que alcanzar la rentabilidad de los bonos del Tesoro a 10 años, que actualmente ronda el 1,3%, para que haya que empezar a preocuparse “seriamente” por el comportamiento de las bolsas. En ese sentido, recordar lo que señalábamos ayer en nuestro comentario: en los últimos meses la renta variable y las rentabilidades de los bonos han venido subiendo a la vez, pero si estas últimas alcanzan un nivel que los inversores consideran atractivo, éstos optarían por vender sus posiciones en renta variable para volver a comprar bonos. Ayer los distintos estrategas no se ponían de acuerdo en este sentido, con algunos señalando el nivel del 1,4% y del 1,5% como clave, mientras otros lo elevaban al 1,75% o, incluso, al 2,0%. Lo cierto es que en las próximas semanas la evolución de la rentabilidad de los bonos a largo plazo va a ser seguida muy de cerca por los inversores y, si esta continúa subiendo, puede generar algunas tensiones en las bolsas. 

Hoy esperamos que los mercados de renta variable europeos abran entre planos y ligeramente a la baja, siguiendo de esta forma la estela dejada ayer por Wall Street y esta madrugada por las principales bolsas asiáticas. Cabe destacar que durante la jornada se publicarán en la Zona Euro, sus dos principales economías: Alemania y Francia, en el Reino Unido y en EEUU las lecturas preliminares de febrero de los índices adelantados de actividad de los sectores de las manufacturas y de los servicios, los conocidos como PMIs. Estos índices servirán para que podamos hacernos una idea más concreta de cómo están afectando las distintas medidas restrictivas a la movilidad de las personas y a la actividad de ciertas empresas, implementadas por las autoridades para luchar contra la expansión del Covid-19, al crecimiento de estas economías. En principio se espera que el sector de las manufacturas siga mostrándose resistente, mientras que el de servicios, que es el que mayor peso relativo tiene en las economías desarrolladas, continúe muy penalizado, sobre todo en Europa. 

Por último, señalar que hoy en la bolsa española hay vencimiento mensual de los contratos de derivados, lo que siempre eleva la volatilidad del mercado de contado, condicionando a su vez su comportamiento.