Alphabet, Meta… los decepcionantes resultados de las grandes tecnológicas ponen en duda unas valoraciones bursátiles estratosféricas (y ya se han borrado $200.000 mn de capitalización)

Ana Racionero (Intermoney) | La temporada de resultados empresariales no está dando los frutos esperados, y las bolsas cerraban ayer en rojo después de las decepcionantes cifras de compañías como Alphabet o Meta, sin que por ello se vieran favorecidos los bonos, que, con el panorama de alta inflación y tipos elevados durante un largo tiempo, siguen con las rentabilidades cercanas a máximos, por lo que los grandes beneficiados están siendo el USD y el oro como valores refugio. Los futuros del Nasdaq se dejaban un 1.2% y el S&P caía por debajo de los 4200 puntos, mientras que las bolsas europeas se encuentran cercanas a borrar todas las ganancias de 2023. Y es que, por más que el Nasdaq parecía impasible al desaliento, con un 31% de subida acumulada en lo que va de año a pesar del contexto económico de alta inflación y altos tipos, los decepcionantes resultados de las grandes tecnológicas están poniendo en duda unas valoraciones bursátiles estratosféricas, y ya se han borrado 200000 millones de USD de su valor de mercado. Especialmente perjudicado resultaba también el sector bancario después de los malos resultados de Standard Chartered por su exposición al sector inmobiliario chino, que llevaba a sus acciones a su mayor caída en 11 años con un desplome del 12%. Del lado contrario, Iberdrola registraba un aumento interanual del 13% de sus beneficios gracias al impulso de las renovables. En cuanto a las bolsas asiáticas, vivían su mayor descenso en tres semanas, y Nomura Holdings se encuentra revisando su negocio en China y recortando empleos tras dispararse las pérdidas. La apreciación del USD ha vuelto a elevar al USDJPY por encima de 150, nivel a partir del cual se considera posible una intervención por parte del BOJ y que añade presión al banco central antes de su decisión sobre política monetaria la semana próxima.

El BCE cumplía con las expectativas y dejaba el tipo marginal de depósito del euro al 4%, después de 10 subidas consecutivas y tras el reciente endurecimiento de las condiciones financieras, con las TIR de los bonos en máximos de muchos años y las primas de riesgo ampliándose, sobre todo la italiana, situada alrededor de los 200 pb., por lo que ahora procede esperar a que se materialicen por completo los efectos del agresivo endurecimiento monetario. La declaración resultaba prácticamente un calco de la de septiembre, indicando que los tipos se encuentran en niveles que, mantenidos en el tiempo, contribuirán a retornar al objetivo de inflación del 2% y garantizando que en las futuras reuniones los tipos se fijarán en niveles lo suficientemente restrictivos durante el tiempo necesario. Lagarde, en su posterior rueda de prensa, reiteraba este mensaje y añadía que, aunque espera que la economía se mantenga débil en lo que queda de año, se debería fortalecer en los venideros, que hay signos de debilitamiento del mercado laboral; una vez más, repetía que los gobiernos deberían suprimir las ayudas al coste de la energía; que las reformas estructurales podrían ayudar a reducir las presiones inflacionistas; que la Unión Europea debería completar su reforma fiscal antes de finales de año; y lo más importante: en ningún momento habrían discutido sobre bajadas de tipos, ya que sería prematuro, ni tampoco habrían debatido sobre las reservas mínimas de los bancos ni sobre el programa PEPP, que continuará al menos hasta finales de 2024, tal y como estaba previsto. La decisión de tipos y posterior rueda de prensa provocaban un rally de bonos y el mantenimiento de las reinversiones del PEPP estrechaba las primas de riesgo.

Del otro lado del charco también se encontraban con una jornada intensa, comenzando por el dato más importante, el PIB del tercer trimestre que, anualizado, crecía del anterior 2.1% a un increíble 4.9% en su mayor expansión desde 2021, superando el 4.5% previsto y, a pesar de que el índice de precios PIB ascendía del 1.7% al 3.5%, por encima del 2.7% esperado, el índice de precio PCE subyacente retrocedía del 3.7% al 2.4%, mejorando en una décima las estimaciones y situándose en su nivel más bajo desde 2020, lo que aumentaba las compras de bonos. Las peticiones iniciales de desempleo subían esta semana de 198k a 210k, superando las 207k de las encuestas.

A pesar de que las reservas de petróleo mundiales se encuentran en su nivel más bajo desde al menos 2017 tras los recortes de la OPEP, el WTI se mantenía en el entorno de los 84 USD por barril. La incursión terrestre de Israel en Gaza elevaba el precio del gas natural por la preocupación de que la guerra se extienda y provoque una interrupción del suministro energético.

Las rentabilidades de los bonos cerraban a la baja y, al ser mayor el descenso en el corto plazo, las curvas continuaban cogiendo pendiente.