EEUU: El tercer incremento de la inflación subyacente, del 0,4% m/m, desplaza las opciones de primer recorte hasta noviembre

Santander | “Una vez es casualidad. Dos es coincidencia. Tres veces es acción enemiga». Ni la Fed ni los mercados han ignorado algo que Ian Fleming describía con brillantez en su novela Goldfinger. Con este adagio, nuestros economistas en EEUU describen la complicada situación que se presenta para la Fed tras el tercer incremento de la inflación subyacente del 0,4% m/m, que desplaza las opciones de primer recorte hasta noviembre y reduce por debajo de 50pb los recortes esperados para este año con el UST2Y acercándose ya al 5%.

A la espera de los primeros comentarios de la Fed, Larry Summers era el primero en alertar sobre la posibilidad de que el siguiente movimiento de tipos sea en realidad al alza (Bowman también alertaba sobre este escenario recientemente y pre-IPC). Además, la agresiva capitulación no tendría tintes cortoplacista si tenemos en cuenta que nuestros economistas creen que el mejor dato de IPC del año lo dejamos atrás ya en enero (3,1%) y que la barrera del 3% no se romperá hasta 2025.

Además, los efectos base, que podrían ayudar en abril, jugarán una muy mala pasada en los 3 meses sucesivos. Y es que el IPC m/m de abril 2023 saltó hasta el 0,4% para desplomarse hasta el 0,1% en mayo y 0,2% los dos meses siguientes. Y es precisamente ese dato de mayo el que la Fed tendrá en la mano justo el día del FOMC de junio (12J). Finalmente, la inflación supercore (core de servicios ex vivienda) se acelera en marzo. Y pasa de los 0,85% m/m de enero y 0,47% de febrero a +0,65% en marzo.

Y, por cierto, todo esto sin tener en cuenta la geopolítica, con el Brent de nuevo saltando por encima de los $90/b. En definitiva, nuestros economistas reiteran que no será hasta noviembre, después de las elecciones, cuando la Fed recorte tipos y que, a menos que para julio el caso sea evidente, el mercado terminará descartando por completo los meses cercanos a las elecciones.