Los mercados monetarios no apuestan ni un 20% a una subida de tipos en la Eurozona el próximo día 14

Ana Racionero (Intermoney) | La jornada de ayer se cerraba con una notable bajada de las rentabilidades que era más acusada en la parte corta de las curvas, haciendo que éstas cogieran pendiente. De poco servían las declaraciones de Holzmann por la tarde diciendo que aún no estaríamos en el nivel más alto de tipos, y que podrían ser necesarias una o dos subidas más, ni que las minutas del BCE recogieran que sus miembros habrían acordado que una nueva subida de tipos en septiembre sería necesaria de no haber pruebas convincentes de que el endurecimiento acumulado fuera suficiente para reducir la inflación subyacente al 2%, cosa que, a la vista de las cifras de ayer, está lejos de ser alcanzada.

El hecho cierto es que los mercados monetarios no apuestan ni un 20% a una subida de tipos en la Eurozona el próximo día 14. En cuanto al BOE, ni siquiera hay ya unanimidad sobre una subida de 25 pb. De Guindos, con el mercado europeo ya cerrado, declaraba que el BCE estaría en la recta final de las subidas de tipos, y que las nuevas perspectivas de inflación serían similares a las de junio, no así las de crecimiento, que habrían empeorado, e insistía en que la decisión para septiembre estaría abierta. Los datos mixtos estadounidenses hacían que las acciones y los bonos recortaran las ganancias iniciales para cerrar sin grandes cambios respecto de la apertura, a la espera del dato estrella de empleo de hoy. El mes de agosto se clausuraba con el S&P a la baja, el Nasdaq con su peor comportamiento mensual desde diciembre y, tanto el USD como el petróleo un 2% arriba, y el EURIBOR rompía su racha de veinte meses de subidas, aunque se mantenía por encima del 4%.

El mes de septiembre se estrenaba con buenos augurios cuando China, tan en el punto de mira, publicaba unos PMI de fabricación que en agosto subían del 49.2 al 51, cuando se esperaba un 49.0, saliendo de ese modo de terreno de contracción. El BPC recortaba el coeficiente de reservas obligatorias de divisas de los bancos del 6% al 4% a fin de defender al yuan, y se aprobaban nuevas medidas de estímulo, esta vez en forma de exenciones fiscales para el cuidado de niños y padres, ayudando a que las bolsas asiáticas culminaran su segunda semana consecutiva de subidas. El yen se fortalecía a la espera del dato de nóminas no agrícolas.

En Europa amanecíamos con las declaraciones de Villeroy, quien decía que estaríamos cerca o muy cerca del tipo terminal, a pesar de lo cual, estaríamos lejos de prever bajadas de tipos, ya que sería más importante mantenerlos altos el tiempo suficiente. Los PMI de fabricación se precipitaban en España en agosto del 47.8 al 46.5 vs 48.8. Los de Italia, a pesar de que subían del 44.5 al 45.4, lo hacían por debajo del 45.7 estimado. Los de Francia caían del 46.4, que estaba previsto repitiera, a un 46.0. Los de Alemania permanecían según lo previsto en el 39.1. Por último, los de la Eurozona retrocedían al 43.5 en lugar de repetir el 43.7. La lectura final del PIB italiano se corregía a la baja del 0.6% a un 0.4% interanual, y del -0.3% al -0.4% intermensual. Morgan Stanley cambiaba sus previsiones para el BCE y apostaba porque el banco central haya alcanzado ya su pico de interés, al 3.75% actual. Hoy se daban a conocer los costes de endeudamiento de las empresas de la zona euro, que, en julio, subían al 4.93%, y los costes de financiación para la compra de vivienda, al 3.75%. La debilidad de los PMI favorecía a las bolsas, lideradas por el sector energético, que se veía favorecido por el mayor avance semanal del crudo desde abril, y el sector minero, que se beneficiaba a su vez de las últimas medidas de estímulo chinas. Aurubis, el principal productor europeo de cobre, llegaba a desplomarse un 18% al enfrentarse a grandes pérdidas con motivo de un robo masivo de metal.

España anunciaba los bonos para la próxima subasta el 7 de septiembre, que no eran otros que el SPGB 1.30% 10/2026, el SPGB 3.55% 10/2033, el SPGB 1.90% 10/2052 y el linker SPGBEI 1% 11/2030. El objetivo de colocación se dará a conocer el próximo lunes a las 14.00 cet.

En el Reino Unido los PMI avanzaban tímidamente del 42.5 al 43.0, mientras que los precios de las casas retrocedían un 5.3%, por encima del -3.8% de julio y el -4.9% esperado, en su mayor caída en 14 años en respuesta al agudo incremento de los costes hipotecarios. El mercado de swaps dejaba de descontar por completo sendas subidas de 25 pb por parte del BOE hasta alcanzar el tipo terminal.

Las nóminas no agrícolas mejoraban las previsiones y repetían en agosto las 187k de julio, en lugar de descender a 170k, como recogían las encuestas, dando lugar a ventas de bonos. Sin embargo, la tasa de desempleo subía del 3.55 al 3.8%. El salario por hora promedio caía, en términos intermensuales, desde el anterior 0.4%, y por encima del 0.3% previsto hasta el 0.2%, y en términos interanuales retrocedía una décima hasta el 4.3%. Los PMI finales de fabricación se revisaban al alza del 47 al 47.9. El gasto en construcción subía en julio un 0.7% intermensual, por encima del 0.5% estimado. La sorpresa de hoy venía de la mano del ISM, que, al igual que hiciera ayer el PMI de Chicago, subía por encima de lo previsto en su apartado manufacturero desde el 46.4 al 47.6 vs 47.0, y el de precios pagados, del 42.6 hasta nada menos que un 48.4 vs 44.00. El empleo ISM ascendía igualmente del 44.4 al 48.5. Finalmente, las nuevas órdenes retrocedían de 47.3 a 46.8. La caída de los costes salariales daba alas a las bolsas, haciendo que el S&P se encaminara a su mejor semana desde marzo, aunque las declaraciones de Loretta Mester, de la FED de Cleveland, diciendo que la inflación seguiría demasiado alta y el mercado laboral demasiado fuerte, hacían retroceder a la renta variable desde sus máximos.

El WTI continúa imparable y alcanzaba hoy los 85 USD por barril por primera vez desde noviembre impulsado por el mejor sentimiento respecto de China, los recortes a las exportaciones del petróleo ruso y las caídas de los inventarios estadounidenses.

Las rentabilidades cerraban al alza, aunque las expectativas de pausas próximas en las subidas de tipos hacían que los aumentos fueran moderados en el corto plazo y más acusados en el largo, dando lugar a un empinamiento de las curvas.