$2,3 billones escondidos en el mecanismo de repos inversos de la FED, que ofrece el 4,80% anual para el efectivo a un día

Ana Racionero (Intermoney) | Amanecíamos con las declaraciones de Martins Kazaks, previas al dato de inflación europea, indicando la necesidad de continuar aumentando los tipos de interés para combatir la inflación, uniéndose así a los mensajes “hawkish” de tres de sus homólogos de la FED en la sesión americana de ayer: el presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, afirmaba que el banco central podría subir más los tipos de persistir los riesgos de inflación; La presidenta de la Fed de Boston, Susan Collins, decía que era necesario endurecer los tipos, mientras que el presidente de la Fed de Minneapolis, Neel Kashkari, declaraba estar comprometido a devolver la inflación al 2%.

Pero antes del dato de inflación europea, conocíamos que la francesa interanual armonizada descendió en marzo, por primera vez en tres meses, al 6.6%, una décima por encima del 6.5% previsto por las encuestas, desde el anterior 7.3%, que había sido su lectura récord. Los precios de producción galos cedieron en febrero un 0.9% respecto del mes anterior. El IPC italiano decreció más de lo esperado, desde el 9.8% previo hasta el 8.2% (vs. 8.8%). Por último, el IPC de la UE disminuyó igualmente más de lo esperado, y bajó del 8.5% al 6.9% (vs. 7.1%); no obstante, la subyacente subió una décima hasta el 5.7%, en línea con las encuestas. En resumen, la inflación general bajó en marzo de forma generalizada, debido fundamentalmente a los efectos base de la energía una vez cumplido un año de la guerra de Ucrania, sin que, de momento, los esfuerzos del BCE europeo con el endurecimiento de su política monetaria estén siendo capaces de devolver la inflación general a su objetivo del 2% ni, lo que es peor, rebajar la subyacente, lo que, necesariamente, hace imprescindibles más subidas de tipos. Las tendencias opuestas de la inflación son un quebradero de cabeza para el Banco Central Europeo, que tiene como objetivo una cifra global del 2%, pero se centra cada vez más en las presiones subyacentes que excluyen elementos volátiles como la energía y los alimentos. Por el lado del crecimiento, las ventas minoristas alemanas se precipitaron en febrero un 1.3% intermensual y un 7% interanual, por encima de lo esperado. El gasto de consumo francés también descendió por encima de las previsiones. Villeroy decía, tras conocer los datos de inflación europea, que, a pesar de que el banco central ya habría recorrido la mayor parte de la senda de subidas, posiblemente le quedaría aún algo de camino, y que después tendrían que mantenerse ahí durante todo el tiempo que sea necesario.

En el Reino Unido, los precios de las casas se desplomaban en su mayor caída desde el “crash” de 2009, lo que pone de relieve el golpe de la subida de los tipos hipotecarios y el mayor recorte de los ingresos reales en una generación, y aún queda camino por recorrer; los economistas de Bloomberg prevén un descenso del 10% este año. El PIB final del cuarto trimestre era corregido al alza hasta el 0.1% inter trimestral y 0.6% interanual.

La sesión americana despedía también la semana con datos de enjundia. El PCE deflactor descendía en febrero al 0.3% respecto al mes anterior, en línea con las encuestas, y al 5% respecto al mismo mes del año anterior, una décima más de lo previsto. El subyacente, medida de inflación preferida por la FED, descendía asimismo un 0.3% (vs. 0.3%) y 4.6% (vs 4.7%), respectivamente, mejorando las encuestas. Los PMI de Chicago, en lugar de descender a 43 como estaba previsto, subían a 43.8. El índice de confianza de la Universidad de Michigan caía al 62, frente al 63.3 esperado. La situación actual, al 63.3, apenas sufría variaciones. Sin embargo, las expectativas descendían al 59.2 frente al 61.4 estimado. Por último, las previsiones de inflación a un año descendían más de lo previsto hasta el 3.6%.

El petróleo, con el WTI pasando de los 75 USD por barril, cotizaba cerca de máximos de dos semanas. La renta variable se mantenía, como el resto de la semana, en “verde ganancias”.

En la semana hasta el 29 de marzo, los mercados monetarios registraban entradas por valor de 66000 millones de USD, y los activos totales de los fondos del mercado monetario alcanzaban la cifra récord de 5 billones de USD. Esta salida de efectivo de los bancos hacia fondos aumenta los riesgos de desplome en EE. UU., y los bancos pequeños se llevan la peor parte. Los tipos de interés más elevados que ofrecen estos fondos, y su mayor agilidad a la hora de repercutir las subidas de tipos de la FED, han propiciado que los ahorradores hayan ido transfiriendo efectivo a ellos en lugar de a los depósitos bancarios tradicionales, lo que podría a su vez repercutir en la disposición de los bancos a conceder préstamos. Buena parte de ese efectivo que está saliendo del sistema bancario se está almacenando en las instalaciones de la Reserva Federal en lugar de encontrar su camino de vuelta a la economía, y cerca de 2,3 billones de dólares están escondidos en el mecanismo de repos inversos de la FED, que ofrece un tipo anual del 4,80% para el efectivo a un día y es utilizado principalmente por los fondos del mercado monetario, lo que puede terminar provocando que la presión a la baja sobre los niveles de reservas de los bancos puede mantenerse o incluso aumentar.

Los buenos PMI de China indicaban que la recuperación de su economía estaría cobrando impulso gracias al aumento del gasto y a la construcción, y los economistas prevén que el crecimiento de su PIB exceda del 5% este año.

En el trimestre que despedimos hoy, cabe destacar que el rendimiento alemán a dos años ha oscilado en un rango de alrededor de 125 puntos básicos.