El margen fiscal de Argentina es limitado y es probable que se necesite una recesión profunda y prolongada para calmar la inflación

Michael Langham

Michael Langham (abrdn) | El liberal Javier Milei ganó ayer las elecciones presidenciales en Argentina, con un 56% de los votos, frente al candidato del Gobierno peronista de izquierdas, Sergio Massa.

El resultado supone un rechazo al establishment político argentino, en favor de un enfoque más radical para resolver los problemas económicos del país. Milei ha propuesto recortar el gasto público y dolarizar para atajar la inflación galopante. Sin embargo, se enfrentará a los desafíos de un Congreso dividido y a la grave situación económica de Argentina. El margen fiscal es limitado y es probable que se necesite una recesión profunda y prolongada para calmar la inflación, que en octubre alcanzó el 142% interanual.

En cuanto a las relaciones exteriores, Milei se ha mostrado crítico con China, el principal socio comercial de Argentina y una fuente clave de financiación, pero recientemente ha moderado parte de su retórica. Milei buscará estrechar lazos con Estados Unidos y es especialmente firme en su apoyo a Donald Trump.

Es probable que Milei se enfrente a obstáculos en el Congreso para sacar adelante su programa de reformas radicales. Para que tenga algún éxito significativo, Argentina necesitará una recesión dolorosa e «importantes» reformas para mejorar su entorno empresarial y animar a los inversores extranjeros y a los ahorradores nacionales a volver a invertir en el país.