Hans-Jörg Naumer (Allianz GI) | La inflación está volviendo con fuerza y obliga a los bancos centrales del mundo a actuar, quieran o no, dado el debilitamiento de los datos económicos. El período único históricamente caracterizado por unos tipos de interés negativos (nominales) ha llegado a su fin de manera abrupta. En cambio, los inversores se enfrentan ahora a rendimientos reales en rojo, tras deducir la inflación. Y mientras los datos económicos actuales se examinan cada vez con más desconfianza en busca de tendencias recesivas, incluso de estanflación, se está desplegando la nueva ola de crecimiento a largo plazo hacia una economía sin emisiones de carbono.
Asignación táctica de acciones y bonos
- El clima económico sigue deteriorándose, algo que también se refleja en las estimaciones de consenso. Mientras que las expectativas de inflación para el año en curso y el próximo van en aumento en todas las regiones, los economistas ajustan a la baja sus expectativas de crecimiento.
- Según nuestro propio indicador de riesgo de recesión, la probabilidad de que se produzca una recesión en Estados Unidos ha aumentado significativamente, a pesar de que el mercado laboral de ese país sigue a pleno rendimiento.
- La política monetaria, en particular la de la Reserva Federal, no debería dejarse impresionar por esto. Los bancos centrales saben que tienen que recuperar su credibilidad, después de asumir durante demasiado tiempo que la inflación solo era ”temporal”. Como resultado, ahora tienen que hacer más en términos de subidas de tipos.
- Desde un punto de vista táctico y cortoplacista, el panorama general sugiere una infraponderación de las acciones por razones de riesgo.