Más allá del anuncio de las seis nuevas incorporaciones en la Cumbre de los BRICS , la reunión aportó poco en materia de política

Michael Langham, analista de mercados emergentes de abrdn

Michael Langham (abrdn) | La cumbre de los BRICs que se ha celebrado en Sudáfrica ha traído el anuncio de la incorporación de nuevos seis miembros a partir del año que viene: Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, la reunión aportó poco en materia de política, a pesar de las sugerencias previas sobre planes para una moneda común o una posible alternativa a los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI.

La ampliación del número de miembros, sin embargo, era de esperar. Esta medida probablemente reforzará la importancia del grupo como foro de debate geopolítico, especialmente en Oriente Medio, de donde procede la mayoría de los nuevos miembros y donde China ha intentado aumentar su influencia. También es previsible que el grupo utilice su expansión como herramienta para influir en el debate político internacional y en el desarrollo de instituciones internacionales al margen del G7, el G20 y la ONU.

Si bien existen claros objetivos comunes entre los miembros de aumentar su influencia geopolítica, remodelar y desafiar las instituciones y prácticas mundiales existentes y reducir su uso del dólar estadounidense, cometeríamos un error si considerásemos que los objetivos geopolíticos de los miembros son uniformes. De hecho, Brasil, India y Sudáfrica se han opuesto a que el grupo se perciba como un desafío directo a Occidente. Y en el caso de India, preocupa que el grupo sea un vehículo para que China amplíe su influencia. La ampliación del número de miembros añadirá más complejidades y probablemente limitará las posibilidades de que surjan grandes planes de reforma del grupo.

En este sentido, esperamos que la atención se centre en gran medida en la expansión de los lazos comerciales y financieros entre los miembros, incluido un mayor uso de las monedas locales, y en la posibilidad de cuestionar las actuales prácticas internacionales que se consideran favorables a los mercados desarrollados.

La preocupación de que el grupo desafíe por ahora la hegemonía del dólar parece exagerada, teniendo en cuenta que los objetivos geopolíticos de los miembros compiten entre sí y que éstos no están dispuestos a ceder el control sobre los tipos de cambio y/o la política monetaria