Banca March | Los datos de PIB del tercer trimestre en Estados Unidos confirman el buen verano que vivió la economía americana, con un crecimiento del +4,9% en término interanuales frente al +2,1% del trimestre anterior y alcanzando el ritmo más elevado de crecimiento desde 2021. Esta aceleración de la actividad vino impulsada principalmente por el consumo privado que creció un +4% y por sí solo explicó 2,7 p.p. del crecimiento del PIB. Además, cabe destacar que el mayor consumo privado vino tanto por el mayor gasto en bienes (1,1 p.p.) como por los servicios (1,6 p.p.).

Menos alentadores fueron los datos de inversión y el fuerte aumento de los inventarios: empezando por la inversión, solamente aportó 0,15 p.p. al PIB, esto a pesar de que, por primera vez, y tras nueve trimestres de contracción, la inversión en construcción residencial creció un +3,9% trimestral anualizado. Por otro lado, también hay que señalar que la acumulación de inventarios explicó un 1,3 p.p. del crecimiento del PIB (un 27% del crecimiento del trimestre), un componente muy volátil y que no seguirá manteniendo estos elevados niveles de aportación al crecimiento. En conjunto, el dato confirma la resistencia de la economía estadounidense al entorno de elevados tipos de interés apoyado en la fortaleza del empleo y del consumo. Sin embargo, la debilidad de la inversión y el importante peso de la acumulación de los inventarios en el crecimiento del PIB, apuntarían a que no estamos ante el inicio de una “reaceleración” sostenida del crecimiento.