Es necesario dejar de lado la deuda pública y optar por estrategias flexibles de renta fija, activos reales y fondos macro

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J.P. Morgan | Las esperanzas depositadas en el fin inminente de la pandemia gracias a la rapidez del suministro de las vacunas siguen siendo un catalizador positivo para los mercados. Sin embargo, las nuevas e impredecibles mutaciones del virus plantean posibles riesgos.

Los gobiernos siguen concentrándose en combinar medidas de control de la pandemia y de apoyo a la población con la idea de llegar al último tramo del «puente sobre aguas turbulentas».

El retorno de la inflación es un riesgo que podría materializarse a mediados de 2021 y que aviva una tendencia de tires alcistas. La rotación del valor frente al crecimiento podría continuar conforme nos aproximamos al final de la pandemia y debido al incremento de los precios de las materias primas y al aumento de las tires, que favorecen especialmente al sector financiero.

El contexto de tires de bonos a la baja enfatiza la vulnerabilidad de la renta fija core ante un posible aumento de la inflación, obliga a los inversores a replantearse la función que desempeñan los bonos en sus carteras. En nuestro artículo más reciente, Por qué y cómo replantear la cartera 60:40, analizamos la forma en la que los inversores pueden crear carteras resilientes que, además, ofrezcan una rentabilidad decente y cierta diversificación. La clave es dejar de lado la deuda pública y optar por estrategias flexibles de renta fija, activos reales y fondos macro.