La macro y su impacto en los resultados de las cotizadas y en la actuación de los bancos centrales determinará cómo se van a comportar los mercados

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Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | El ejercicio 2023 terminó siendo finalmente muy positivo para los mercados de valores europeos y estadounidenses. No obstante, durante el mismo los inversores han tenido que sobreponerse y superar múltiples obstáculos, empezando por unas expectativas macroeconómicas en principio muy negativas, además de una crisis bancaria que se inició en Estados Unidos a finales del 1T2023, y que se llevó por delante a algunas importantes entidades, entre ellas a la suiza Crédit Suisse. Del mismo modo, los mercados han sido capaces de superar el hecho de que la inflación se mostrase más persistente de lo esperado, factor que obligó a los bancos centrales a incrementar sus tasas oficiales por encima de lo estimado, yendo en este sentido mucho más lejos de lo esperado por los mercados a comienzos de año.

Además, el comportamiento de las bolsas no ha sido lineal, concentrando los inversores sus apuestas durante gran parte del año en los grandes valores, especialmente en Wall Street, donde los denominados “7 magníficos” condicionaron con su buen comportamiento, en gran medida impulsados por el interés mostrado por los inversores por el “fenómeno” de la inteligencia artificial, la evolución de los principales índices -dos tercios de los valores del S&P 500 han cerrado el año con revalorizaciones inferiores a las del índice-. Así, no fue hasta el último trimestre, periodo durante el cual las bolsas occidentales fueron capaces de recuperar lo cedido durante unos muy negativos meses de verano, cuando el rally bursátil amplió sensiblemente su rango, impulsado por las expectativas de bajadas de tipos, lo que llevó a participar en el mismo a más valores/sectores, entre ellos a las compañías de pequeña y mediana capitalización que, hasta ese momento, se habían quedado muy rezagadas.

Si como hemos venido señalado reiteradamente, en los últimos meses han sido las expectativas de prontas bajadas de tipos por parte de los bancos centrales el factor que ha permitido el gran comportamiento tanto de la renta fija como de la renta variable, a partir de ahora será la macroeconomía y su impacto en las expectativas de resultados de las empresas cotizadas y en la actuación de los bancos centrales, lo que determinará cómo se van a comportar los mercados en la primera mitad de 2024. En nuestra opinión, los inversores se enfrentan a tres posibles escenarios que, de cumplirse, conllevarían comportamientos muy distintos de los diferentes tipos de activos:

  1. i)  Si finalmente se alcanza el tan ansiado “aterrizaje suave” de la economía de Estados Unidos y la recesión en la que esperemos entren algunas de las principales economías europeas es leve y poco duradera, las tasas de interés bajarán, lo que será bien acogido por los mercados de bonos y de acciones.
  2. ii)  Si la política monetaria restrictiva de los bancos centrales termina por provocar un “aterrizaje brusco” de las economías europeas, algo no descartable en estos momentos, las tasas de interés bajarán, favoreciendo el comportamiento de los bonos pero, en esta ocasión, penalizando el de las acciones, ya que las compañías cotizadas verán reducidas sus expectativas de resultados.
  3. iii)  Si se alcanza el escenario de “no aterrizaje”, algo que sólo vemos factible que pueda ocurrir en Estados Unidos de entre las principales economías desarrolladas, escenario en el que la economía estadounidense evitaría la recesión, mostrando gran resistencia, ello conllevaría tipos de interés más altos durante más tiempo, hecho, no obstante, que sería bien recibido por las bolsas de este país, ya que una economía de Estados Unidos más fuerte de lo esperado impulsaría al alza las expectativas de resultados de las compañías.

De estos tres escenarios el que nos parece más probable que tenga lugar es el primero, lo que, en principio, facilitaría que el buen “momento” por el que atraviesan los mercados de bonos y acciones se mantenga todavía durante algún tiempo. Sin embargo, no hay que descartar del todo la posibilidad de que sea el segundo de estos escenarios el que termine cumpliéndose, por lo que creemos que, a partir de ahora, y a la espera de comprobar cómo evolucionan en los próximos meses las principales economías europeas, habría que mantener una actitud algo más prudente que en los últimos meses, incluyendo en nuestras carteras valores de sectores de corte defensivo y/o que se beneficien de unos menores tipos de interés. Por último, señalar que el tercer escenario beneficiaría principalmente a la bolsa estadounidense y a las compañías más expuestas a esta economía, mientras que dificultaría la lucha contra la inflación en Europa, al favorecer un dólar más fuerte.

Centrándonos en la semana que hoy comienza en las bolsas europeas y estadounidenses, señalar que, históricamente, el comienzo del enero suele ser positivo para estos mercados, determinando en muchos casos el comportamiento en el mes el del resto del año. Pero eso son sólo estadísticas que, como tales, no siempre se cumplen. Decir, por su parte, que la semana presenta una agenda macroeconómica intensa, en la que destacan la publicación de las lecturas finales de diciembre de los índices de gestores de compra de los sectores de las manufacturas (hoy martes) y de los servicios (jueves), los PMIs que elabora S&P Global, que deben confirmar que las principales economías europeas han cerrado el ejercicio muy debilitadas, mientras que la estadounidense lo ha hecho sensiblemente más fuerte. Además, el jueves y el viernes se publican en Alemania, Francia, Italia y la Eurozona las lecturas preliminares de los IPCs de diciembre, lecturas que esperamos muestren un ligero incremento de la tasa de crecimiento interanual de los índices generales y un retroceso de la del índice subyacente, algo que los inversores deberían tener más que asimilado al ser producto de efectos base, que en este mes han jugado a la contra. Por último, el viernes, y en Estado Unidos, se publicarán las cifras de empleo no agrícola del mes de diciembre, cifras que serán escrutadas en profundidad por los inversores para comprobar si éstas permiten o no a la Reserva Federal (Fed) comenzar a revertir las alzas de tipos tan pronto como a finales del 1T2024, que es lo que descuentan los mercados de futuros.

Para empezar la semana, esperamos que hoy las bolsas europeas abran ligeramente al alza, manteniendo de esta forma el buen tono mostrado durante las últimas semanas del mes de diciembre, y desmarcándose del negativo comportamiento que han tenido esta madrugada las bolsas asiáticas, especialmente las chinas, en las que las palabras del presidente de China, Xi, advirtiendo de las dificultades por las que atraviesa esta economía no han sentado bien. Destacar, por último, que el precio del crudo comienza el año al alza, impulsado por las tensiones en Oriente Medio. En este sentido, señalar que este fin de semana helicópteros de la armada estadounidense destruyeron tres barcos Hutíes cuya tripulación intentó abordar un buque portacontenedores en el Mar Rojo, matando a varias personas en el proceso, lo que ha conllevado las esperadas amenazas por parte de Irán, que ha desplazado uno de sus destructores a la zona. Por lo demás, destacar que el dólar recupera algo de terreno esta madrugada y que los bonos se mantienen estables.