Intermoney | El músculo que parecía sacar los datos de crédito del consumidor americano escondía en sus entresijos cifras que apuntan en otra dirección. En el mes de junio, se producía un aumento de 17.800 mill. $, hasta un total de casi 5 bill., muy por encima de lo esperado, puesto que el consenso estimaba un aumento de 13.000 millones de dólares, y no sólo las cifras de junio, sino que el endeudamiento de mayo se revisó al alza en unos 2.000 millones de dólares. No obstante, si nos metíamos en los detalles del dato, estas cifras estaban sostenidas por el crédito no revolving, como préstamos personales y préstamos para vehículos, y este ha presentado unas cifras muy sólidas aumentando en 18.500 millones de dólares, hasta los 3,75 bill. apoyado por un mes muy fructífero en cuanto a las ventas de coches. De hecho, la propia encuesta de la Reserva Federal mostró que el valor de los préstamos para la compra de vehículos aumentó hasta un récord en el segundo trimestre.
Mientras que, por otro lado, la tendencia es de moderación del crecimiento del crédito al consumo en lo concerniente al crédito revolving, que es predominantemente el endeudamiento mediante tarjetas de crédito, y este es un aspecto muy a tener en cuenta. El crédito revolving pendiente cayó 600 millones de dólares, hasta situarse en 1.262 millones de dólares. Se trata del primer descenso desde abril de 2021 y es probable que refleje el fuerte aumento de los tipos de interés aplicados a las tarjetas de crédito, que en mayo se situaban en el 20,68%, el más alto desde que la Fed empezó a elaborar datos en 1972 y por encima del 14,51% de enero de 2022. Las noticias aparecidas durante el fin de semana sugieren que el tipo de interés típico de las tarjetas de crédito que se podrá obtener a principios de agosto es unos 3 puntos porcentuales más alto que ese.
Hasta ahora, el consumidor ha tirado del crédito gracias al bajo desempleo y al crecimiento constante de los salarios, que ha sostenido el apetito de estos a pesar del endurecimiento de las condiciones de financiación. Sin embargo, la cosa está empezando a cambiar a pesar de los datos observados a nivel general, el descenso del crédito revolving sugiere que los estadounidenses siguen recortando gastos discrecionales. La demanda embalsada se está agotando, al igual que los ahorros acumulados durante la pandemia, a lo que hay que añadir que la última encuesta Senior Loan Officer Opinion de la Reserva Federal mostró que los bancos están cada vez menos dispuestos a conceder préstamos al consumo, y esto es algo que se observará de forma más nítida en las lecturas de crédito del segundo semestre.