Intermoney | Lo más interesante del final de la semana era el carrusel de datos con los que contábamos en
China. Datos con un tono mixto, pero predominando el sesgo negativo y donde se demuestra que la economía de China sufre desequilibrios entre la oferta y la demanda, lo que genera dudas sobre la sostenibilidad de la recuperación. El crecimiento de la producción industrial aceleraba, lo que demuestra que la oferta se fortalece, pero el consumo y la inversión privada se han debilitado, lo que muestra que la demanda interna no está empujando como debería.
La producción industrial aumentaba un 6,7% a. en abril, frente al 4,5% de marzo, superando el pronóstico de consenso de un aumento del 5,5%. El objetivo de competir en la carrera de la inteligencia artificial (IA) se notaba en las cifras de actividad del sector fabril. En IA, China ha tratado de crear un entorno regulatorio propicio para fomentar el crecimiento, utilizando exenciones fiscales y subsidios. Sin embargo, las empresas tecnológicas nacionales también se han visto obstaculizadas por las crecientes restricciones a las exportaciones de tecnología de EEUU y sus aliados, que han amenazado con cortar el acceso a semiconductores y equipos de
fabricación de chips vitales para el desarrollo de la IA.
Al mismo tiempo, China está ampliando su producción de chips y circuitos integrados. Este incremento del +31,9% demuestra que la industria de semiconductores en general se está volviendo más localizada, al mismo tiempo que hay un aumento gracias en parte a la fuerte demanda de los sectores transformadores, como los vehículos de nueva energía. Este último experimentaba un repunte en la producción de +39,2%. Las ventas de vehículos eléctricos han aumentado considerablemente este año, impulsadas por el crecimiento en China y una fuerte demanda de vehículos híbridos en particular.