Arrancó el QT

Intermoney | Otra jornada plagada de datos inflacionistas, comenzando por los PMI de China que, con un 56.4 vs 52.9, alcanzaban máximos de más de una década, lo que indica un repunte de la actividad tras la apertura post-COVID, provocando un rally en las bolsas, aunque, a la vez, infunde temor a que el gigante asiático acabe exportando inflación al resto del mundo.

Los PMI manufactureros de España e Italia, con su 50.7 vs 49 y 52.0 vs 51.0, respectivamente, también batían las expectativas y, en el caso de España, salíamos de niveles de recesión. Francia y Alemania, por el contrario, con un 47.4 vs 47.9 y un 46.3 vs 46.5, empeoraban las encuestas. La UE, con un 48.5, las igualaba. El PIB de Italia crecía en 2022 un 3.7%, aunque su deuda ascendía en ese periodo a un 144.7% de su PIB. Por último, el IPC provisional de febrero de Alemania, igual que ayer los de España y Francia, sorprendía al alza con un 1% vs. 0.7% intermensual y un 8.7% vs 8.5% interanual. No es por tanto de extrañar, a la luz de las recientes cifras, que Nagel, en unas declaraciones a la CNBC, indicara que la subida de marzo no sería la última, que habrían de seguirle más medidas significativas y que sería un grave error ralentizar o detener el ciclo de endurecimiento antes de tiempo. Muller expresaba que la inflación seguiría demasiado alta y que cualquier expectativa de bajadas rápidas de tipos por parte del banco central serían “una ilusión». Villeroy indicaba que el BCE debería alcanzar el pico de tipo de interés a lo más tardar en septiembre. Goldman ya ha elevado su previsión para el tipo terminal de la zona euro al 3.75% en junio desde el anterior 3.50%, aumentando la subida prevista para mayo de 25 a 50 pb, y que el BCE mantenga los tipos a ese nivel hasta el cuarto trimestre de 2024. Por añadidura, hoy da comienzo el QT pasivo del BCE, en el que reducirá su balance a un ritmo mensual de 15000 millones de euros hasta finales de junio, lo que a su vez implica un endurecimiento de las condiciones financieras. A este respecto, Nagel comentaba que apostaría por un QT más rápido. Como consecuencia de todo esto, el euro se revalorizaba frente al USD.

El Reino Unido publicaba un índice de precios BRC de tiendas que, en febrero, con un incremento del 8.4%, batía todos los récords, y las previsiones son de que se mantengan elevados. Los precios de la vivienda, sin embargo, descendían más de lo esperado dado el endurecimiento de la financiación. El PMI manufacturero, con un 49.3, mejoraba en una décima las previsiones. Bailey hablaba hoy, indicando que, aunque los tipos al 4% estarían teniendo un impacto en la economía, el mercado laboral seguiría muy ajustado, y que podrían ser necesarias algunos incrementos de los tipos. JP Morgan ha sido el primer banco en predecir que el Reino Unido eludirá una recesión en 2023.

En E.E. U.U., los PMI decepcionaban y caían al 47.3 vs 47.8. El ISM, aunque subía al 47.7, también defraudaba frente al 48.0 de las encuestas. Sin embargo, el de precios pagados superaba con creces las previsiones, con un 51.3 vs 46.5, provocando fuertes ventas de bonos. El empleo ISM caía al 49.1 del anterior 50.6. Por último, las nuevas órdenes ascendían a 47.0 del anterior 42.5. A esto se añadían los comentarios de varios miembros de la FED advirtiendo de mayores subidas de tipos. El 10 años UST alcanzaba el 4%, nivel fuertemente vigilado por el mercado. Los swaps de la FED pasaban a descontar un tipo terminal al 5.5% en septiembre. Cabe destacar que las letras a 3 meses americanas dan una rentabilidad del 5%.

Las bolsas, al igual que el crudo, se debatían entre el optimismo derivado de los buenos datos de actividad de China y las expectativas de un mayor endurecimiento monetario.

EL Euribor ascendía al 3.745% y, un día más, cerramos con un aumento de las rentabilidades de los bonos