Aumentan las expectativas de mantenimiento de tipos por parte de la FED

Ana Racionero (Intermoney) | En la tarde del jueves, una información del WSJ en virtud de la cual JP Morgan, Morgan Stanley y varios otros bancos estarían discutiendo un posible acuerdo de rescate con First Republic Bank, mejoraba el sentimiento de riesgo, provocando un trasvase de fondos de la renta fija a la renta variable y elevando la rentabilidad del 2 años UST hasta cerca de 30 pb, en el que era su sexto cambio diario consecutivo de al menos 20 pb.

Hoy conocíamos que el debate en el seno de la reunión de ayer del BCE fue acerca de la conveniencia o no de subir los tipos, en ningún caso sobre la cuantía, ya que siempre se valoró subir 50 pb o no subir en absoluto. Aparentemente, el BCE temía que la interrupción de la subida de medio punto pudiera sembrar el pánico entre los inversores. En todo caso, la decisión se tomó por una inmensa mayoría, y tan sólo tres o cuatro miembros se mostraron partidarios de no subir la tasa de interés. “Halcones” 1-“palomas” 0. El anuncio del BCE provocaba ayer tal volatilidad en el dos años alemán, que el contrato del Schatz de junio de Eurex sufría una interrupción de aproximadamente un minuto.

El banco central danés también elevaba su tipo de interés 50 pb, del 2.10% al 2.60%

Esta mañana se manifestaban Muller, Simkus, Kazimir y Villeroy. Muller hacía referencia a la incertidumbre provocada por el SVB, por lo que no sería partidario de hacer previsiones acerca de futuras decisiones de tipos, pero, en su opinión, sería, en todo caso, demasiado pronto para concluir que las subidas de tipos puedan terminar. Simkus coincidía en su creencia de que ésta no sería la última subida de tipos, puesto que no se habría alcanzado el tipo terminal. Kazimir también afirmaba que el endurecimiento debería continuar a pesar de los acontecimientos actuales, y que la subida de ayer habría sido obligada y necesaria. Villeroy, por su parte, decía que la prioridad del BCE sería la lucha contra la inflación; que el banco central tendría un solo compromiso, que sería devolverla al 2%; que el banco central habría mandado una fuerte señal de confianza con la subida, y que, tanto los bancos europeos, como los franceses, serían extremadamente sólidos. La OCDE revisaba al alza las perspectivas de inflación subyacente de las economías del G-20 y apoyaba esta visión.

A pesar de que bancos como Barclays o Goldman Sachs todavía preveían esta mañana dos subidas más de 25 pb por parte del BCE antes de alcanzar el pico, y que el mercado descontaba una de 25 pb para la FED la próxima semana, lo cierto es que, al cierre, las apuestas de los mercados monetarios, en su inmensa mayoría, reflejaban un mantenimiento de los tipos hasta finales de año para el BCE, y un mantenimiento por parte de la FED hasta julio, donde comenzaría a bajar.

A lo largo de la jornada, el optimismo por la noticia de First Republic se iba desinflando y el desánimo se volvía a apoderar del mercado, que volvía al “risk off mode”, con ventas de bolsa y compras de bonos, especialmente cuando se descartaba la fusión de Credit Suisse y UBS.

Por la tarde conocíamos la producción industrial americana, que en febrero se mantenía sin cambios. El índice líder caía un 0.3%. La confianza del consumidor de Michigan cedía en todos sus apartados por debajo de las previsiones, y las expectativas de inflación a un año reflejaban un aumento del 3.8%, frente al 4.1% esperado, lo que aumentaba las apuestas sobre un mantenimiento del tipo de interés por parte de la FED la próxima semana hasta un 90%.

Las turbulencias bancarias hacían que el petróleo sufriera su mayor caída semanal en casi un año.

Los fondos del mercado monetario recibían la mayor entrada de efectivo desde principios de 2020, al recibir los flujos de los depositantes que retiraban su dinero de los bancos estadounidenses más expuestos al riesgo.

China reducía el coeficiente de reservas de los bancos a fin de estimular la recuperación económica.

Cerrábamos la semana con caídas de las rentabilidades que, al ser mayores en el corto plazo, empinaban las curvas, y la aversión al riesgo derivada de la incertidumbre ampliaba las primas de riesgo.