Perspectivas de la banca española para 2024

Carola A. Saldias Castillo y  Marco Troiano (Scope Ratings) | Creemos que los bancos españoles han alcanzado su máximo de rentabilidad este año debido a factores como la importante mejora de los márgenes de intereses, las limitadas provisiones para insolvencias y la contención de costes. La revalorización de los depósitos y el ligero aumento del coste del riesgo podrían provocar un descenso moderado de la rentabilidad global. Pero esta rentabilidad, junto con una calidad de los activos controlada y unas posiciones de capital adecuadas, seguirán respaldando el perfil crediticio de los bancos españoles en el año que viene.

El aumento de la brecha de comportamiento entre las operaciones domésticas e internacionales en 2024 se deberá principalmente a un mayor crecimiento de los préstamos en los mercados emergentes, ya que los volúmenes de préstamos en España se están estancando y eventualmente disminuirán a medida que la demanda se ajuste a las menores expectativas de crecimiento y a unos tipos de interés que permanecerán elevados. Para 2024, esperamos que el crecimiento de la economía española mantenga su resistencia y siga superando el crecimiento medio de la eurozona, aunque mostrará una desaceleración marginal hasta el 1,8%, desde el 2,3% de 2023.

La revalorización de los depósitos presionará sobre los márgenes. Durante el segundo y el tercer trimestre, las entidades bancarias aceleraron la transmisión de los tipos de interés, con lo que se reducirán los márgenes netos de intermediación. La gran base de financiación minorista representa un punto fuerte de los bancos españoles, pero los clientes están cambiando cada vez más las cuentas corrientes por depósitos a plazo.

La calidad de los activos es estable, pero el sector minorista y las PYMEs podrían implicar un mayor riesgo de crédito. Hasta ahora, los parámetros de calidad de los activos se han mostrado resistentes, aunque el descenso de la morosidad parece haber tocado suelo. Esperamos que comience a materializarse cierto deterioro en el primer semestre de 2024, impulsado inicialmente por los préstamos al consumo, las PYMEs y las empresas muy apalancadas, así como por la volatilidad de los mercados emergentes.

El riesgo de una prórroga del impuesto extraordinario más allá de 2024 añade incertidumbre al entorno operativo de los bancos en España, una tendencia que también se observa en otros países de la UE.

Los factores favorables a la rentabilidad se volverán desfavorables en 2024

Los bancos españoles volvieron a obtener buenos resultados en el tercer trimestre. El ROE mejoró de forma generalizada, alcanzando el 12,4% de media en nuestra muestra (Santander, BBVA, Banco de Sabadell, CaixaBank). Los niveles de rentabilidad han estado en su mayoría por debajo del 10% durante los últimos cinco años.

El principal motor de la rentabilidad fue una vez más el margen de intereses, que siguió creciendo, aunque a un ritmo más lento que en el segundo trimestre para la mayoría de los bancos. El importante componente de tipo de interés variable de las carteras de préstamos españolas permitió que continuara la revalorización de los activos tras las últimas subidas de los tipos de interés, mientras que el crecimiento de los préstamos en los mercados emergentes favoreció aún más el aumento del margen de intermediación.

Esperamos que la mejora del margen de intermediación continúe al menos durante el primer semestre de 2024, ya que las hipotecas a tipo variable siguen representando en torno al 68%[1] del total. La velocidad de la revalorización de los activos reflejará la diferente composición de la cartera crediticia en términos geográficos y de tipo de préstamos y se traducirá en un mayor aumento de los márgenes para BBVA y Santander; menor para CaixaBank y Sabadell. La dinámica del volumen también variará en función de la combinación geográfica y seguirá haciéndolo en 2024.

Tanto en España como en la UE en general, esperamos una contracción de los préstamos hipotecarios y a empresas, ya que la reducción de la renta disponible y las subidas de los tipos de interés han afectado más a los hogares y a las pequeñas empresas.

El crecimiento de los préstamos en los mercados emergentes (en México, Turquía y América Latina) se registrará principalmente en los préstamos al consumo y a las PYMEs, ya que la penetración bancaria sigue siendo relativamente baja en comparación con España. Al mismo tiempo, es probable que el rendimiento ajustado al riesgo sea más volátil, ya que los resultados económicos específicos de cada país han sido históricamente menos estables.

Las comisiones de los bancos nacionales se mantuvieron prácticamente estables en términos intertrimestrales, ya que las carteras de las empresas están disminuyendo al ralentizarse la demanda de crédito, así como las transacciones comerciales y de otro tipo. En los bancos internacionales, las comisiones por pagos y tarjetas de crédito siguen creciendo intertrimestral e interanualmente.

Los gastos de explotación muestran una dinámica diferente. Los costes de Santander y BBVA crecieron intertrimestralmente debido a la mayor inflación salarial en los mercados emergentes y a los efectos del tipo de cambio. En Caixabank y Sabadell, los costes se mantuvieron prácticamente planos debido a la aplicación de los planes de reestructuración y a que las iniciativas de contención de costes están dando sus frutos. Los ratios de eficiencia están mejorando en todos los bancos, con una media del 43% para el tercer trimestre frente al 47% para el ejercicio 2022, ya que los mayores ingresos de explotación respaldan los objetivos de eficiencia. Esperamos que esta mejora se mantenga en 2024, aunque acabará invirtiéndose a medio plazo a medida que se normalicen los ingresos.

El coste del riesgo está aumentando, pero de forma muy controlada, y se mantiene por debajo de las previsiones para todo el año 2023. Por el momento no se han materializado los temores a un ciclo grave de la calidad de los activos, salvo en algunos segmentos seleccionados. Para BBVA y Santander, el mayor coste del riesgo refleja el aumento de las carteras de préstamos al consumo en los mercados emergentes. Para 2024, esperamos que el coste del riesgo aumente para todos los bancos ligeramente por encima de las previsiones para 2023, pero siempre bajo control, ya que prevemos una transición a niveles medios a lo largo del ciclo.

En cuanto a los costes extraordinarios, el impuesto aprobado por el Gobierno para 2023 y 2024 fue fácilmente absorbido por el aumento de los beneficios y es poco probable que afecte a los resultados en 2024. En nuestro escenario base no contemplamos una prórroga del impuesto por un periodo más largo. Sin embargo, la proliferación de impuestos sobre las ganancias inesperadas de los bancos en los países de la UE apoya nuestra opinión de que a los bancos se les considera cuasi utilities. Por lo tanto, no descartamos que a medio plazo surjan nuevas iniciativas que puedan mermar la rentabilidad de los bancos.

La calidad de los activos y la morosidad siguen sin deteriorarse

Hasta ahora, las métricas de calidad de los activos han demostrado su resistencia, aunque el descenso de la morosidad parece haber tocado suelo. Los datos del Banco de España para septiembre de 2023 muestran que la tasa de morosidad del sector se ha estabilizado en el 3,56%, pero esperamos cierto deterioro en el primer semestre de 2024, debido inicialmente a los préstamos al consumo y, finalmente, a las PYMEs vulnerables y a sectores empresariales específicos, a medida que el menor crecimiento y los altos tipos de interés afecten a la calidad del crédito.

Los cuatro bancos de nuestra muestra presentan una morosidad inferior a la media del sector bancario español a septiembre de 2023, en parte como resultado de su combinación geográfica, pero también como reflejo de una gestión proactiva de las exposiciones.

Las carteras españolas se mantienen estables, con pequeñas diferencias entre los bancos. BBVA mostró un ligero aumento de su ratio de morosidad en el tercer trimestre de 2023 hasta el 4,0%, frente al 3,9% del mismo periodo de 2022, debido principalmente a las exposiciones al sector minorista. La tasa de morosidad del Santander disminuyó ligeramente hasta el 3,06% en el tercer trimestre de 2023, frente al 3,27% a finales de año de 2022. Tanto Sabadell como Caixabank registraron una estabilización de los stocks de morosidad, pero un ligero aumento de las ratios de morosidad a medida que se deja sentir el efecto de la reducción de la cartera de préstamos española.

Esperamos que en 2024 se produzca una mayor divergencia en las tendencias de la calidad de los activos como consecuencia de que el mayor riesgo de crédito se materialice en los mercados emergentes en comparación con la UE.

Sin embargo, la morosidad debería empezar a aumentar en todos los bancos de nuestra muestra, incluidos los créditos domésticos, principalmente en los segmentos de consumo y PYMEs, que consideramos los más vulnerables a la desaceleración económica y a la subida de los tipos de interés. a la desaceleración económica y a la subida de los tipos de interés. Seguimos observando un buen comportamiento esistente en las hipotecas a hogares debido a la fortaleza del mercado laboral.

La financiación sigue dependiendo de los depósitos, pero a un precio más elevado, ya que los depósitos a plazo crecen de forma constante.

Las salidas de depósitos de hogares y empresas continuaron en el tercer trimestre, aunque el panorama es heterogéneo. En España, en particular, el tercer trimestre frente al segundo mostró una tendencia positiva para Santander y Caixabank (+2,3% y +1,2%, respectivamente). BBVA y Sabadell mostraron salidas (-0,9% y -0,5%, respectivamente), pero a un ritmo menor que en trimestres anteriores.  Consideramos que se trata de un posible cambio de tendencia.

Esperamos que esta volatilidad continúe durante un par de trimestres, debido a la necesidad de liquidez y de acceso al ahorro para hacer frente al endurecimiento de las condiciones económicas. Sin embargo, a diferencia de la reducción general de los depósitos a la vista en todos los bancos, se ha producido un cambio en la composición y un aumento intertrimestral constante de los depósitos a plazo como porcentaje del total de depósitos. Esto refleja las preferencias de los clientes por el ahorro con mayor remuneración.

Los bancos españoles han acelerado la transmisión de los tipos de interés oficiales a los depósitos a plazo hasta el 41% en el primer semestre de 2023 a nivel agregado (frente al 16,3% a finales de 2022). Esto debería ayudar a estabilizar la base de depósitos, aunque con un impacto negativo en los márgenes de interés netos. Esto respalda nuestra opinión de una ligera reducción de los ingresos en 2024.

La gran proporción de depósitos minoristas como componente de la financiación directa (una media del 73% de la financiación directa total para nuestra muestra de cuatro bancos) proporciona cierta tranquilidad, ya que no consideramos que la reducción de los depósitos de clientes sea un riesgo material que presione las estructuras de financiación de los bancos.

El capital continúa siendo adecuado y en su mayor parte superior a los niveles de 2022

Las posiciones de capital son adecuadas y han crecido orgánicamente en lo que va de año para la mayoría de los bancos de nuestra muestra debido a los buenos resultados. Todos los bancos se sitúan muy por encima de sus requisitos, así como de sus propios objetivos de capital. Sin embargo, siguen estando por debajo de la media europea de bancos sujetos al Mecanismo Único de Supervisión. Esto se debe principalmente a las diferencias en los modelos de negocio y a una intensidad relativamente mayor de los activos de riesgo. La reducción observada en el tercer trimestre frente al segundo en BBVA y Caixabank está relacionada, respectivamente, con programas de recompra de acciones por valor de 1.000 millones de euros y con el pago de un cupón AT1 en el tercer trimestre de 2023.

Dado el escaso margen de crecimiento del mercado, las retribuciones a los accionistas han aumentado, inicialmente mediante mayores ratios de reparto y más recientemente a través de programas de recompra de acciones, que han sido la principal herramienta utilizada por los bancos para gestionar el exceso de capital durante los últimos 12 meses. Esperamos que el capital CET 1 se mantenga prácticamente sin cambios en 2024, ya que el exceso de capital se gestiona activamente mediante mayores desembolsos.  

Los beneficios seguirán generando capital orgánico, ya que el crecimiento de los activos ponderados por riesgo sigue siendo moderado en un contexto de demanda limitada.

El payout podría incluso superar la formación de capital, siempre y cuando las autoridades lo aprueben, lo que conduciría a una convergencia lenta pero constante hacia los objetivos de capital a medio plazo.