Prioridades del Proceso de Revisión y Evaluación Supervisora (PRES) de 2023 del BCE y del MUS para 2024-2026

Santander | El BCE publicó ayer los resultados agregados del Proceso de Revisión y Evaluación Supervisora (PRES) de 2023, junto con las prioridades del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) para los próximos tres años. Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE, destacó la capacidad de resistencia demostrada por los bancos europeos en un entorno determinado por elevada inflación y bajo crecimiento del PIB, al tiempo que dirigió la atención hacia la incertidumbre derivada del endurecimiento de la política monetaria y las condiciones adversas de la oferta de crédito.

Por término medio, tras el ejercicio PRES de 2023, los requisitos y directrices generales de capital para 2024 aumentaron ligeramente hasta el 15,5% de los activos ponderados por riesgo (APR), frente al 15,1% exigido para 2023. El aumento estuvo impulsado en gran medida por los colchones macroprudenciales, con la introducción o el aumento de los colchones de solvencia anticíclicos, que en términos agregados pasaron del 0,22% en el 1T23 a una estimación del 0,58% para el 1T24. El incremento también se debió a «cambios en los perfiles de riesgo y en las exposiciones dudosas (NPE)». Asimismo, el BCE destacó en los resultados del ejercicio que «el requisito del Pilar 2 (P2R) de capital total aumentó ligeramente hasta el 2,25% desde el 2,15% del año pasado». Cabe señalar también que, si bien la Directriz del Pilar 2 (P2G) se mantuvo en conjunto estable en el 1,3%, los requisitos individuales cambiaron debido a los resultados de las pruebas de resistencia específicos de cada banco y los requisitos P2G que deben cumplirse; el CET1 aumentó ligeramente (+40 pb), contribuyendo a situar los requisitos de capital y P2G de CET1 en el 11,1%, un nivel cercano al prepandémico del 11,3% aplicable en 2020.

Otro aspecto destacado de los resultados globales del PRES de 2023 es que dio lugar a la imposición a 20 entidades de recargos de los P2R como consecuencia de sus exposiciones dudosas, y el informe del BCE detalló que en estos casos, «se identificó un déficit ya que se consideró que la cobertura de los riesgos derivados de exposiciones dudosas antiguas era inadecuada». Esto ha sido así a pesar de los esfuerzos realizados durante 2023 por muchas instituciones (detallados en el informe), que contribuyeron a reducir el déficit agregado de las provisiones por exposiciones dudosas de 12,5pb a 5,9pb en el año y desde un déficit de 7pb en el ejercicio PRES de 2022. A seis bancos se les aplicó un recargo al ratio de apalancamiento de los P2R (P2R-LR), ocho bancos fueron objeto de un recargo por financiación del apalancada (LF) y para siete bancos se estableció un P2G por riesgo de apalancamiento excesivo.

El ratio Common Equity Tier 1 (CET1) se situó en el 15,7% en el segundo trimestre de 2023, frente al 15,0% del mismo trimestre del año anterior. A. Enria señaló que «todas las entidades significativas comunicaron ratios CET1 que superan los requisitos y directrices aplicables en 2024». La calidad de los activos se mantuvo estable, con una tasa de préstamos dudosos (NPL) agregada de los bancos supervisados del 2,3%, cercana a mínimos históricos. En este contexto, es importante señalar que el informe del BCE destaca que, tras varios años de mejora continua, «a finales de junio de 2023 el volumen de morosidad en manos de entidades significativas aumentó moderadamente.» Además, el informe indica que «los supervisores mantienen la cautela, dadas las inciertas perspectivas macroeconómicas y las exposiciones a sectores vulnerables». En particular, «el ritmo de descenso de los préstamos dudosos (NPL) se ha ralentizado. La cobertura de provisiones de los préstamos Stage 2 se mantiene por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, mientras que la morosidad temprana mostró los primeros signos de deterioro de la cartera en el primer semestre de 2023». El ejercicio también engloba los resultados de la atención prestada por los supervisores a sectores vulnerables y, en particular, su «amplia actuación supervisora en sector el inmobiliario comercial» y sus «profundas inmersiones en el segmento inmobiliario residencial», mientras que «las carteras LF (financiación apalancada) y sus posibles implicaciones han sido un área de atención de forma continua».

En cuanto a la liquidez y la financiación, el resultado del ejercicio indicó que las puntuaciones de riesgo combinadas son estables y los supervisores consideran que el riesgo de liquidez a corto plazo es «entre bajo y medio, en general similar al del año pasado». No obstante, «la atención prestada al riesgo de liquidez refleja las prioridades de la supervisión». El informe muestra que los ratios medios de cobertura de liquidez disminuyeron ligeramente del 164% al 158%. En opinión de A. Enria, la diversificación de la base de financiación, el exceso de liquidez y la emisión de financiación mayorista, junto con sólidas reservas de capital y liquidez y un importe contenido de minusvalías latentes, fueron «factores clave para proteger al sector de las turbulencias registradas en EE.UU. y Suiza durante la primavera». Sin embargo, hizo referencia a futuros riesgos potenciales como: la persistencia de inflación elevada, riesgos geopolíticos, el endurecimiento de las condiciones de financiación, la normalización de la política monetaria y el deterioro de la calidad de los activos (este último potencialmente evidenciado por un repunte del Stage 2 de los préstamos a los hogares en el contexto mencionado).

En cuanto a las prioridades de supervisión para 2024-26, las tres prioridades establecidas en el ciclo anterior siguen siendo válidas para los próximos tres años. Estas son: «reforzar la capacidad de adaptación frente a perturbaciones macrofinancieras y geopolíticas inmediatas», «acelerar la corrección efectiva de las deficiencias en materia de gobernanza y gestión de los riesgos relacionados con el clima y el medio ambiente», y «seguir avanzando en la transformación digital y la creación de marcos sólidos de resiliencia operativa».

Opinión de Research: Los resultados agregados del ejercicio PRES presentados ayer coinciden en gran medida con nuestro análisis ascendente de los informes de cada uno de los bancos que cubrimos (véanse los informes de Maitines de Crédito publicados los días 4 y 12 de diciembre). En ese análisis consideramos que las primeras informaciones facilitadas por los bancos hasta el momento sugieren que los nuevos requisitos de solvencia resultantes del PRES del BCE se encuentran en niveles entre estables y ligeramente superiores a los de 2023. En el momento de la presentación de los informes de los bancos individuales, ya observamos que las tendencias de los nuevos requisitos comunicados por los bancos respaldan nuestra opinión de que la postura regulatoria en 2024 fomentará la preservación del capital (y la acumulación de colchones MREL más allá del nivel de capital mínimo exigido por el regulador). También ponen de relieve, en nuestra opinión, que los niveles de solvencia de la mayoría de los bancos superan holgadamente los requisitos. Asimismo, cabe señalar que los comentarios de A. Enria efectuados ayer en una entrevista concedida a Bloomberg indicando que la última cifra que vio para los repartos a los accionistas «provisional, por supuesto, y muy preliminar rondaba los EUR 70mm de dividendos y recompras» y que «se están planeando repartos en línea con años anteriores.» Estos comentarios refuerzan todavía más nuestra expectativa, que subyace a nuestra estrategia de inversión en instrumentos de capital regulatorio en 2024, de una baja probabilidad de cambios en la política de solvencia a corto plazo, que comprenden programas de retribución al accionista a nuestro juicio relativamente agresivos (incluyendo recompra de acciones) en el marco de los planes estratégicos actuales. También es reseñable que las declaraciones de los reguladores europeos a raíz de su ejercicio PRES de 2023 en lo que respecta a las expectativas sobre la evolución de los fundamentales de los bancos y las áreas clave a vigilar coinciden también con los principales factores determinantes de nuestras perspectivas para los bancos europeos en 2024 (véase nuestro informe Perspectivas de crédito para los bancos europeos para 2024: de nuevo ante un año clave, publicado el 30 de octubre). Es importante destacar que nuestras opiniones sobre los signos incipientes de deterioro de la calidad de los activos en 2023, que apuntan a un giro en el ciclo crediticio bajo el peso adicional de unas condiciones monetarias más restrictivas, están en consonancia con las áreas de atención del regulador, así como con el seguimiento de los focos de riesgo en el sector inmobiliario, tanto comercial como residencial. También reviste importancia el hecho de que nuestras opiniones sobre una oferta neta todavía abundante en el espacio bancario de cara al próximo año, alimentada en gran medida por la refinanciación de instrumentos elegibles MREL en el contexto de la prefinanciación de los bancos más allá de las necesidades inmediatas de 2024 (en particular en el espacio MREL subordinado), se apoyan en gran medida en una opinión similar a la expresada ayer por A. Enria de que los bancos de la zona euro deben prepararse para fuentes de financiación «más volátiles».