¿Ha ido demasiado lejos la revalorización de los bancos centrales?

Paolo Zanghieri

Paolo Zanghieri (Generali Investments) | Tras la solidez de los datos económicos de Estados Unidos y la rigidez de la inflación, los mercados prevén menos de dos recortes de tipos este año y consideran que el ciclo de relajación finalizará por encima del 4%, 150 puntos básicos más que el tipo neutral estimado por la Reserva Federal. Además, a pesar de la desinflación en la eurozona, los mercados dudan de que el BCE vaya a adelantar a la Reserva Federal en el ciclo de relajación. En nuestras últimas Perspectivas de mercado, sostenemos que los mercados pueden estar volviéndose excesivamente pesimistas con respecto a los bancos centrales. El mercado laboral estadounidense se está reequilibrando, lo que enfriará el crecimiento de los salarios, y los alquileres de los nuevos inquilinos apuntan a una moderación de los costes de la vivienda. La Fed esperará a tener datos más tranquilizadores y prevemos que en septiembre se produzca la primera de las dos bajadas de tipos de este año. Los temores de que el BCE espere a la Fed parecen exagerados, pues ya se ha telegrafiado un recorte en junio. No estamos demasiado preocupados por el tipo de cambio: sólo un golpe fuerte al euro ponderado por el comercio afectaría seriamente a la inflación. Seguimos teniendo en cuenta entre 75 y 100 puntos básicos de recortes del BCE para este año.

La relajación de la inflación, los posibles recortes de tipos y un aterrizaje suave en Estados Unidos nos llevan a aumentar moderadamente la exposición a la duración. Sin embargo, los brotes verdes de la economía mundial y la inestable inflación estadounidense mantienen los riesgos para los rendimientos a corto plazo. No obstante, consideramos que los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años por encima del 4,60% constituyen un buen nivel de entrada. Unas perspectivas económicas más halagüeñas respaldarán los beneficios empresariales, pero los riesgos geopolíticos y unas valoraciones aún optimistas nos mantienen neutrales en los segmentos de mayor riesgo (renta variable y alta rentabilidad). Anticipando unos diferenciales estables en valores de alta calidad, preferimos el crédito de europeo de grado de inversión (IG EUR) financiado con infraponderaciones en efectivo y deuda pública a corto plazo.