La renta variable seguirá generando resultados sólidos, superando los obstáculos de la política monetaria

J.P. Morgan | El año pasado los activos de riesgo tuvieron un mejor comportamiento relativo en relación con los activos refugio, debido a que la reapertura de las economías hizo que resurgieran el crecimiento y la inflación. 

Los mercados desarrollados se beneficiaron de unos programas de vacunación muy avanzados y de unas políticas monetarias y fiscales acomodaticias, que tuvieron como consecuencia unos beneficios empresariales extremadamente buenos.

Por otro lado, las rentabilidades en los mercados emergentes fueron decepcionantes, “arrastradas” principalmente por el peor comportamiento relativo de China, donde una ola de nuevas regulaciones y de medidas drásticas en el sector inmobiliario pesaron en el sentimiento de mercado.

Los bonos de Gobiernos sufrieron por unas perspectivas de mejora en el crecimiento y unos niveles de inflación mayores de lo esperado. Pero la continua adaptación de los principales bancos centrales ayudaron a limitar estas pérdidas.

Este año quizás sea menos “suave”, a medida que los bancos centrales comiencen a retirar el apoyo de las medidas de política monetaria. Salvo que se produzca un cambio significativo en las perspectivas del virus, esperamos que la renta variable continúe generando resultados sólidos, superando los obstáculos derivados de las medidas de política monetaria.