Medallas de oro en las cotizadas japonesas

Manuel Moreno Capa

Manuel Moreno Capa (Director de GESTORES) | Como siempre que hablamos de invertir en Asia, la recomendación más consistente es hacerlo a través de fondos de inversión diversificados, que no se concentren en un solo país, ya que la diversidad en las economías y mercados orientales es enorme. Nada tiene que ver China con Taiwán (pese a su proximidad geográfica y su larga historia común) y mucho menos con Japón. Este último país es visto, tras los fastos olímpicos, como una estrella ascendente… otra vez, porque ya sabemos que la potente economía del Sol Naciente nunca deja tanto de sorprender como de decepcionar.

Nadie puede negarle a Japón el mérito inmenso de haber organizado con éxito los juegos olímpicos más complejos de la historia reciente. Haciendo de nuevo alarde del rigor y la seriedad nipones, el país asiático ha logrado lo que se esperaba de él y lo que otros no hubieran conseguido en plena pandemia. Y eso también suma puntos, muchos puntos, entre la comunidad inversora internacional.

Unos puntos que le deberían venir muy bien a la bolsa japonesa, que, como su vecina china, se ha descolgado un poco de la recuperación de los índices vista en Occidente. Pero numerosos analistas coinciden al afirmar que hay un enorme volumen de empresas cotizadas niponas que apenas son seguidas por los analistas bursátiles del resto del mundo. Compañías a menudo pequeñas y medianas que se anotan año tras año importantes crecimientos en sus resultados y que, además, despuntan en algunos de los sectores más dinámicos y con mejores previsiones de lograr medallas de oro: las empresas niponas de tecnología sanitaria, transformación digital de los negocios, robótica y comunicaciones avanzadas figuran entre las favoritas en la interminable carrera de la innovación.

De hecho, como señala en la web quefondos.es Paula Mercado, jefa de análisis de VDOS Stochastics y colaboradora de la revista GESTORES, alguno de los fondos de renta variable japonesa más rentables en lo que va de año debe sus buenos resultados a que el gestor “da preferencia a empresas ignoradas y escondidas, especialmente de pequeña y mediana capitalización, que estén experimentando un cambio en sus respectivas actividades empresariales”. El fondo en concreto es Fidelityfunds-Japan Aggressive, que acumulaba hasta julio de este año una rentabilidad cercana al seis por ciento y que supera el 25 por ciento desde el mismo mes de 2020. Y se convierte así en el segundo fondo nipón más rentable de los comercializados en España, tras el Pictet-Japanese Equity Selection, que gana más de un 14 por ciento en 2021 y acumula más de un 35 por ciento en doce meses. Son dos productos destacados entre los clasificados en renta variable nipona por VDOS Stochastics. Pero la rentabilidad media de esta categoría no llega al ocho por ciento este año, lo cual no sobresale en el conjunto de fondos de bolsa internacional comercializados en España.

Los datos analizados por Paula Mercado muestran realmente la importancia de la selección de valores. De hecho, hay analistas que prevén para este ejercicio un crecimiento superior al 25 por ciento en los beneficios de las compañías niponas para este año olímpico, pero parece claro que, en un ejercicio en el que las previsiones para la economía japonesa no son demasiado optimistas, la importancia de acertar en los valores con bajo precio y mayor rentabilidad potencial (es decir, los aún no descubiertos por la mayoría de los analistas) será fundamental para la rentabilidad de los fondos de renta variable del país asiático.

¿Colaborará el éxito de las olimpiadas a que la bolsa nipona gane también unas cuantas medallas de oro? Sin duda. Pero los mercados no sólo viven del factor imagen, aunque ya vemos que el siguiente organizador de los juegos, París, acelera en una intensa campaña mediática (movimientos del mercado futbolístico aparte) para rentabilizar todo lo posible las olimpiadas de 2024. Mientras tanto, y tres años antes de que la antorcha de los juegos llegue a la capital gala, la Bolsa francesa, por méritos propios y sin sacar partido aún al efecto olímpico, comienza a figurar entre las más recomendadas. Pero de eso hablaremos en otro capítulo.