Paul O’Donnell (Schroders Greencoat) | Las oportunidades para las energías renovables no se limitan a la demanda de desarrollo. También existe la posibilidad de que la creciente necesidad de los operadores de centros de datos de asegurar la energía para sus instalaciones se traduzca en un mayor uso de mecanismos contractuales que ayuden a afianzar y mejorar el valor de los activos renovables.
Tradicionalmente, la rentabilidad de las inversiones en activos renovables se veía influida por la inflación y los precios de la electricidad en el mercado en general. Sin embargo, los operadores de centros de datos, que tienen necesidades obvias de fiabilidad del suministro y seguridad de los precios, han empezado a encontrar o desarrollar sus propias fuentes de energía renovable.
Al mismo tiempo, ha surgido una interesante tendencia paralela que implica a las empresas que obtienen energía renovable directamente de los generadores de electricidad renovable, mediante acuerdos bilaterales. Estos acuerdos, conocidos como acuerdos de compra de energía (PPAs, por sus siglas en inglés), son contratos legales entre generadores y usuarios finales. Permiten a las empresas satisfacer su creciente demanda de electricidad renovable, al tiempo que proporcionan a los operadores de renovables flujos de ingresos estables, a largo plazo y por contrato.
El número y el valor de los PPAs de energías renovables en Europa no ha dejado de crecer en los últimos años, hasta alcanzar cerca de 46 GW de capacidad contratada acumulada desde 2013 (véase el gráfico). El aumento de la demanda de energía renovable, junto con la volatilidad de los precios de la energía en general, como el gas, ofrece a los propietarios de activos la oportunidad de fijar precios atractivos a través de estos PPA.
Conclusión: una oportunidad a largo plazo
Está claro que existe una demanda de mayor inversión y desarrollo para aumentar la capacidad de los centros de datos. También está claro que es necesario incrementar el suministro de energías renovables para satisfacer la creciente demanda de forma sostenible, como parte de una necesidad más amplia de invertir en tecnologías para la transición energética que permitan un futuro con bajas emisiones de carbono.
Las empresas tecnológicas y de servicios públicos mundiales ya están invirtiendo mucho en este campo y se espera que se beneficien de estas tendencias en rápida evolución. Pero se necesita más capital, especialmente de inversores con un horizonte de crecimiento a largo plazo. Además, creemos que existen claras sinergias entre el sector inmobiliario tradicional y las inversiones en infraestructuras renovables básicas, lo que se traduce en oportunidades atractivas que pueden desbloquear valor a largo plazo.