Adrian Daniel (Mainfirst) | La industria solar ha trazado una trayectoria impresionante en las últimas décadas. La tecnología utilizada para aprovechar la energía del sol ha seguido avanzando y ahora constituye un complemento de bajo coste a las fuentes de energía tradicionales. Con el tiempo, sin embargo, la base de la producción y la innovación se ha desplazado de Europa a Asia. Las demandas de incentivos fiscales para los centros de producción locales son cada vez más sonadas, ahora que la dependencia del suministro energético ha pasado a primer plano debido a la guerra de Ucrania. El Ministerio Federal de Economía alemán ha anunciado planes para impulsar la producción nacional hasta un objetivo de 10 gigavatios. Además, el diario económico Handelsblatt ha informado de los planes del fundador de LONGi, Li Zhenguo, de construir una planta en Alemania. ¿Volverá el sector a Europa?
Transición energética y perspectivas de crecimiento
La mayor demanda de energías renovables, unida a la transición energética mundial, ha impulsado las perspectivas de crecimiento del sector de la energía solar. Según Solarpower Europe, la capacidad de las instalaciones solares a escala mundial crecerá en torno a un 45% en 2022, hasta alcanzar los 239 gigavatios. En Estados Unidos, en particular, existe una clara tendencia al apoyo gubernamental a la energía solar mediante incentivos fiscales, con el objetivo de participar en el futuro crecimiento de las energías renovables. En Europa, en cambio, las medidas políticas de incentivación se deben sobre todo a la necesidad de asegurar un suministro energético propio. Esto tiene el potencial de estimular la industria solar y captar nuevos mercados. La creciente demanda de energía en países con mercados emergentes como India y Brasil ofrece además prometedoras oportunidades de crecimiento para la industria solar. La producción de energía ya es muy competitiva en función de los costes de generación de electricidad. Un estudio del Instituto Fraunhofer de Sistemas de Energía Solar ISE concluye que la energía solar podría ser la forma más barata de producción de electricidad para Alemania, aunque el sol podría aprovecharse aún más en otras partes del mundo.
La base de la producción y la innovación ha cambiado con el tiempo
Europa fue líder en la producción e innovación de tecnologías solares en los primeros tiempos de la industria fotovoltaica, con países como Alemania y España que se erigieron en pioneros en este ámbito. Sin embargo, la situación ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. Una combinación de bajos costes salariales, aumento de los conocimientos técnicos y apoyo gubernamental ha llevado a muchas empresas a trasladar sus centros de producción a Asia. China, en particular, se ha consolidado como líder de la industria solar en términos de producción e innovación. El Instituto Fraunhofer calcula que la capacidad de producción en Europa es de sólo 8 gigavatios, lo que equivale a alrededor del 1% de la producción mundial. China, en cambio, representa alrededor del 75% de la capacidad mundial. Esto significa que la dependencia de Alemania de la importación de energía solar de China es mayor que su anterior dependencia del petróleo y el gas de Rusia.
Reducción de costes gracias a las economías de escala
El traslado de la producción solar a Asia también se ha visto favorecido por las economías de escala. La producción masiva de células y módulos solares permite reducir considerablemente los costes de fabricación. Esto explica por qué la mayoría de los productores funcionan permanentemente a plena capacidad, aunque los precios de los módulos estén bajo presión. La capacidad de producción acumulada sólo por China bastaría para cubrir toda la demanda mundial. Esto ha permitido que la energía solar sea más competitiva a escala mundial y ha provocado un aumento de su uso. Así, el coste por vatio ha caído hasta un nivel actual de 0,17-0,18 dólares en el caso de los productores de módulos de menor coste. Ya se prevén más reducciones del precio de la energía solar, y muchos productores aspiran a una nueva expansión significativa de su capacidad. Esto se debe en parte al crecimiento previsto de la demanda en los próximos años, pero también al próximo salto tecnológico, ya que algunos fabricantes prevén utilizar la tecnología TOPCon y aumentar así aún más la eficacia de los paneles solares.
Competición por las subvenciones
Bajo la Ley de Reducción de la Inflación (IRA por sus siglas en inglés), EE.UU. ha puesto a disposición unos 369.000 millones de dólares en forma de subvenciones y desgravaciones fiscales para la protección del clima. Estas subvenciones tendrán un impacto duradero en la industria solar, dado que las energías renovables son uno de los principales beneficiarios de la IRA en forma de créditos fiscales. El incentivo fiscal de 10 años de la IRA también ofrece la visibilidad necesaria para incentivar decisiones de inversión que favorezcan la creación de nueva capacidad en Estados Unidos. A pesar de la buena salud de su negocio en Europa, el fabricante alemán de inversores SMA Solar está considerando la posibilidad de construir su propia planta de producción local en Estados Unidos. No obstante, la concesión de subvenciones está supeditada a que una gran parte de la creación de valor de las instalaciones solares subvencionadas se localice en la economía local. Por ejemplo, un nuevo centro de producción estadounidense de módulos solares con una capacidad de 1 GW recibiría aproximadamente 110 millones de dólares en incentivos sólo en los primeros cinco años. Por tanto, se detecta una cierta mentalidad de fiebre del oro en el sector. En la actualidad, esto se refleja incluso en la materia prima de las células solares, ya que el polisilicio de EE.UU. se comercializa con una prima significativa respecto a calidades comparables de China.
El Ministerio de Economía alemán lanzó recientemente una ofensiva similar para ampliar la capacidad solar. El telón de fondo de esta iniciativa radica, en primer lugar, en la gran dependencia de las importaciones a la hora de ampliar las energías renovables y, en segundo lugar, en los ambiciosos objetivos de 22 GW de capacidad adicional al año en Alemania a partir de 2026 sobre una base instalada de 215 GW de aquí a 2030. Según el Comisario europeo de Energía, Kadri Simson, la UE pretende aumentar la cuota de energía solar del 3% actual al 15% para 2030. Sin embargo, estos objetivos parecen estar en peligro a la luz de las experiencias con los cuellos de botella en la entrega en 2022, así como los prolongados procedimientos de aprobación. Los representantes del sector afirman que se tarda unos dos años en obtener la autorización para fabricar paneles en la UE.
Además, el elevadísimo precio de la electricidad según los estándares internacionales es parte del problema a la hora de garantizar que la cadena de valor de la UE esté lo más integrada posible. La producción de polisilicio -principal materia prima- es muy intensiva en energía. Los productores de polisilicio, como Wacker Chemie en Burghausen, estaban en desventaja competitiva incluso antes de la subida de los precios de la electricidad en 2022 y no han dejado de perder cuota de mercado en los últimos años. Las conversaciones sobre la introducción de un precio de la electricidad industrial limitado por el Gobierno son una fuente de optimismo, pero están resultando muy largas. Mientras tanto, en Estados Unidos se produce polisilicio a un tercio del coste de la electricidad en Alemania. Por consiguiente, Wacker Chemie quiere aumentar sus ventas a los clientes de semiconductores superando a sus competidores en el frente de la pureza.
Por tanto, las ventajas de costes existentes gracias a las economías de escala y al apoyo gubernamental a la capacidad de producción en Asia, y especialmente en China, siguen siendo un factor importante para la industria solar mundial. En el marco del IRA, es probable que Estados Unidos atraiga importantes inversiones del extranjero y pueda crear muchos nuevos puestos de trabajo. Es probable que las ventajas estructurales en términos de procesos rápidos de aprobación de la planificación y precios de la electricidad industrial desempeñen un papel crucial en la creación de nueva capacidad en EE.UU. frente a Europa, incluso si Alemania ofrece la misma cantidad de ayuda financiera disponible para un proyecto en un tercer país.
En resumen, es probable que las subvenciones fomenten la expansión de las energías renovables en Europa; sin embargo, hay pocas perspectivas de que esto elimine la dependencia de los productos solares importados de Asia durante la próxima década.
