Intermoney | De momento, las conversaciones comerciales entre EEUU y China siguieron el martes en el punto de mira, con un segundo día de negociaciones en Londres. Sobre todo en materias que tienen que ver con lograr un avance en los controles a la exportación de tierras raras y otros bienes, lo cual sería un avance positivo para que la pausa acordada de 90 días se mantenga y más allá de ese periodo no se tensionen más las políticas arancelarias. Hasta ahora, el Secretario de Comercio, Howard Lutnick, se había mostrado satisfecho con el trascurso del encuentro entre ambas potencias. En este sentido, una rápida liberación por parte de Pekín de tierras raras para la exportación implicaría que los americanos facilitaran el acceso de China a los semiconductores.
Finalmente, ambos países llegaban a un consenso sobre cómo aplicar el acuerdo alcanzado en Ginebra el mes pasado, según han informado los negociadores de ambas. Según Lutnick “hemos alcanzado un marco para aplicar el consenso de Ginebra. Las dos partes hemos acordado, en principio, un marco para poner en marcha el consenso pactado entre los líderes”. Los detalles completos del acuerdo no se han dado a conocer de inmediato, pero como hemos comentado anteriormente, las tierras raras eran el tema principal. Las dos partes se comprometen a ceder. “Esperamos sin lugar a dudas que el tema de los minerales de tierras raras y los imanes en relación con Estados Unidos se resuelva en el marco de la aplicación de este acuerdo”, afirmaba Lutnick. El secretario de Comercio vino a anunciar que su Gobierno retirará las medidas punitivas que anunció como represalia por los retrasos chinos
Un acuerdo entre ambos sería bastante bienvenido si consideramos que en China se encuentra casi el 70% de la producción mundial de tierras raras y más del 90% de su procesamiento. La otra cara de las tensiones arancelarias tuvo que ver con la limitación de las ventas desde China para siete elementos de tierras raras e imanes cruciales en los motores de los vehículos eléctricos. En cuanto a los siete elementos, hablamos de samario, gadolinio, terbio, disprosio, lutecio, escandio e itrio, que tienen diversas aplicaciones tanto en vehículos eléctricos como de combustión. Por ejemplo, se utilizan en sistemas de escape, de dirección, de inyección de combustible etc. Esta restricción ha provocado un descenso de los envíos y está ocasionando cuellos de botella en EEUU, que empieza a escasear de estos materiales refinados. De momento, los fabricantes de automóviles importadores y sus proveedores necesitan ahora un permiso para recibir envíos de estos materiales y, lógicamente, no se están satisfaciendo sus demandas.
Lo positivo es que al menos los bandos están sobre la mesa para hablar, y ese enfriamiento en las posturas de los dos principales bloques económicos ha calmado los ánimos entre los empresarios americanos. Esto es especialmente importante para las pequeñas empresas. En un primer momento, la elección de Donald Trump supuso un cierto impulso para el sentimiento de éstas pero tras el inicio de la guerra comercial la incertidumbre se disparó y la confianza de los pequeños empresarios retrocedió con fuerza. En cierta medida, esta tipología de negocios es muy sensible al comercio con China debido a la necesidad de abastecimiento de materiales y bienes a bajo coste. Esto es lo que nos ha venido ofreciendo el NFIB, que tras caer en 10 pts desde diciembre a los 95,8 de abril, en mayo se recuperaba hasta los 98,8 pts, un nivel que sorprendía positivamente a los pronósticos del mercado de una cierta estabilización.
Cabe destacar que, incluso con la mejora general, así como en 7 de 10 subpartidas, el escenario sigue siendo complejo, y eso provocaba que la incertidumbre volviera a repuntar. Nos resultó curioso las preguntas adicionales con respecto a su proyecto fiscal, que se está tramitando en el Senado, y es que los impuestos se situaron como el problema más importante en la encuesta por primera vez desde finales de 2020. No obstante, había motivos para darse por contentos, empezando por la mejora de las expectativas sobre la situación empresarial y las ventas reales. Respecto a lo primero, ahora un 25% esperaban una mejor situación económica frente a un 15% anterior, mientras los que esperaban mayores ventas pasó de un nivel negativo en abril a crecer hasta el 10%.

Eso sí, por mucho que se calmen las posturas, los daños a nivel macroeconómico ocasionados por el inicio de los aranceles siguen siendo evidentes. Los datos de la balanza comercial de China fueron más débiles de los esperado, tanto en exportaciones como en importaciones. Respecto a las primeras, el crecimiento se desaceleró al 4,8% interanual en mayo, desde el 8,1% registrado en abril, y en esto tenía que ver mucho que las ventas a Estados Unidos se desplomaron a pesar de la tregua en la guerra comercial firmada el 12 de mayo, cayendo un – 34,5% interanual en mayo (frente -21% en abril) hasta los 28,8 mm $. Al menos, esto fue en parte compensado por la demanda en el resto de Asia (+14,8%) y la UE (+12% a.) que aumentaron en 13 mm $ frente al mismo periodo del año pasado. No nos sorprende tanto lo de la región asiática si tenemos en cuenta que las empresas chinas pueden estar esquivando aranceles exportando desde otros países en los que, simplemente, empaquetan sus productos.
No obstante, en estos tres meses esperamos que el crecimiento de las exportaciones hacia EEUU se recupere, muy en particular por compras adelantadas si los empresarios americanos vaticinan un escenario peor tras el fin de la pausa. Pero siguiendo con los entresijos de la balanza, por el lado de las importaciones, los productores nacionales redujeron sus compras de materiales ante la incertidumbre comercial. Las compras se desaceleraron a -3,3% interanual, bastante más de lo esperado y marcando el tercer mes consecutivo de crecimiento negativo. Aunque a pesar de eso, el superávit comercial de China volvió a superar las previsiones, aumentando a 100,3 mm $.