El consenso estima un crecimiento del BPA de alrededor del 10% para la mayor parte de los índices globales

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Morgan Stanley | El 2020 fue sin duda un año para olvidar por desgracia para muchos, marcado por el shock que supuso el inicio de la pandemia. El 2021 nos trajo más cosas positivas y sobre todo razones para tener la esperanza de poder vencer al virus.

Fue muy llamativo como muchos países por todo el mundo consiguieron llevar a gran escala los tests y los sistemas de vacunación en pocos meses y cómo, muchos países, con España en la cabeza, han logrado niveles de vacunación impresionantes, cercanos al 80%. En septiembre/octubre ya estábamos en niveles muy cercanos a la normalidad hasta que llegó Omicron, que trajo de nuevo dolorosos recuerdos del pasado. Aquí estamos de nuevo con muchos contagios alrededor nuestro. Es difícil dar con alguna familia que no se haya visto con algún miembro contagiado durante estos días, pero desde luego también estamos con muchas más armas para luchar contra esta nueva variante.

Aunque el rally de fin de año no fue tan grande como muchos soñaban, el S&P y el Dow Jones cerraron el miércoles en máximos históricos tras la corrección de hace unas semanas por Omicrom y por los movimientos de los bancos centrales. El posicionamiento en general se ha vuelto más positivo y según nuestro Prime Brokerage el apalancamiento bruto L/S en equities está en el 190% (3er percentil en el largo plazo, 78% percentil desde 2010) y el apalancamiento neto está en el 61% (35 percentil en el largo plazo y 94 percentil desde 2010).

En el lado positivo, podemos empezar el año diciendo que ya estamos en el final de la pandemia y que el mundo se posicionará para una reapertura completa. Además, las cuentas de los consumidores están muy saneadas y los beneficios/márgenes empresariales, están apoyados en el poder de negociación de precios a medida que las cadenas de suministro recuperan niveles de producción normalizados. Esto lleva a unos niveles estimados de crecimiento del bpa por parte de consenso de alrededor del 10% para la mayor parte de los índices globales. Por otro lado, las valoraciones están bastante altas, con el S&P por ejemplo a 22xPE, y hay cierto riesgo de que los niveles de consumo sean insostenibles y que el cambio en la política monetaria de la Fed haga que los márgenes empresariales se contraigan.

A parte de Omicron, la inflación es la gran incertidumbre de cara al 2022. Powell dejo muy claro que la inflación ya no es transitoria pero mantiene su visión de que hará pico a principios de 2022. La política acomodaticia de la Fed y el resto de los grandes Bancos Centrales ha hecho que los mercados lleguen a máximos históricos. Ahora queda por ver si la vuelta de la tortilla, con políticas monetarias más restrictivas, subidas de tipos y tapering acelerado para luchas contra la inflación no provocan una corrección. Powell tiene por delante una difícil tarea que es llegar al equilibrio entre controlar la inflación y no cargarse la recuperación económica que no está más que empezando.