Podría ser cuestión de semanas que Grecia recupere el grado de inversión

Ana Racionero (Intermoney) | La reunión de banqueros centrales de Sintra finalizaba ayer con una sola y clara conclusión: tanto la UE, como E.E. U.U., como el Reino Unido continuarán subiendo sus tipos de interés para mantenerlos altos durante un largo tiempo ante la persistencia de la inflación, especialmente la subyacente, y la sorprendente resistencia de la economía y del mercado laboral. La única excepción la conformaba el BOJ, que dejaba igual de claro que no se apartará, al menos de momento, de su política monetaria ultralaxa y del control del rendimiento de la curva, argumentando que en su país la inflación subyacente seguiría siendo baja y que la divisa sería competencia del gobierno. De manera que, tras las declaraciones de esta semana y la pasada de un sinfín de miembros de los citados bancos centrales, una subida de 25 pb en julio por parte tanto de la FED, como del BCE, parecen garantizadas, y, muy previsiblemente, habrá otra adicional antes de que termine el año, hasta situar el tipo terminal de la Eurozona al 4% y el del USD al 5.5%-5.75%. En el caso del BOE hay más dudas acerca de cuánto más endurecimiento resulta necesario, y el tipo terminal se estima en una horquilla del 6%-6.5%. Paradójicamente, los bonos cerraban al alza, ya que se producía un trasvase de la renta variable a la fija debido al movimiento de “risk off” ante las previsiones de tipos más altos. El petróleo también subía tras conocerse la fuerte caída de las reservas americanas.

En Europa continuábamos hoy con las lecturas provisionales de IPC del mes de junio, comenzando por el de España, que, en versión armonizada, subía un 0.6% intermensual tras un descenso del -0.1 el mes anterior y frente al 0.3% de las encuestas, mientras que, en versión interanual, caía del anterior 2.9% a un 1.6%. A pesar de que la lectura superaba en una décima las previsiones, se situaba por primera vez en dos años por debajo del objetivo del BCE del 2%. Sin embargo, la subyacente ya era harina de otro costal, y arrojaba una lectura del 5.9% que, si bien mejoraba el 6.1% anterior, empeoraba sobradamente el 5.5% esperado y, en todo caso, dista mucho aún de la mágica cifra del 2%. Alemania, cuyos Länder ya habían ido anticipando una subida, reflejaba un aumento de la armonizada intermensual del 0.4%, tal y como estaba previsto, después del retroceso del -0.2% en mayo. La armonizada interanual ascendía del anterior 6.3% al 6.8%, igualando también las encuestas. Ni qué decir tiene que el mercado reaccionaba con ventas de bonos. Las mayores rentabilidades de los bonos europeos favorecían a la moneda única. En otro orden de cosas, la confianza del consumidor de la UE repetía el – 16.1, y la económica, industrial y de servicios de la UE caían las tres, las dos primeras por encima de lo esperado.

Stournaras, gobernador del banco central heleno, expresaba su confianza en que podría ser cuestión de semanas que Grecia recupere el grado de inversión que perdió en 2010, una vez que el nuevo gobierno exponga sus planes de reforma en el parlamento.

El Riksbank finalmente no deparaba ninguna sorpresa y elevaba el tipo de interés de la corona sueca, tan denostada en los últimos tiempos, 25 pb hasta dejarlo al 3.75%, y advertía de que habrá al menos una subida adicional a lo largo de este año, a pesar de lo cual, la divisa caía a mínimos históricos, puesto que los inversores temen que nuevas subidas de tipos terminen desembocando en una crisis inmobiliaria en el país. Es esta debilidad de su divisa la que está complicando al banco central su lucha contra la inflación al encarecer los precios de importación, por lo que la autoridad monetaria decía estar considerando reducir el riesgo cambiario cubriendo parte de las reservas de divisas con contratos a plazo y swaps de divisa. También prometía acelerar el ritmo de sus ventas de deuda pública de 3500 millones a 5000 millones de coronas mensuales a partir de septiembre.

E.E. U.U. publicaba la tercera revisión de su PIB anualizado del primer trimestre, que era revisado al alza hasta el 2%. El consumo personal del mismo periodo también se revisaba al alza hasta el 4.2%, mientras que el índice de precios del PIB se corregía en una décima a la baja hasta un 4.1%, al igual que el PCE principal, que se rebajaba otra décima hasta el 4.9%. Las solicitudes de subsidio por desempleo descendían en la última semana de 264k a 239k en la que era su mayor descenso desde 2021, en lugar de ascender a 265k. El único dato que empeoraba las previsiones era el de ventas pendientes de viviendas, que caía por encima de lo estimado al nivel más bajo de este año.

Las bolsas se mantenían en verde durante toda la jornada impulsadas por los buenos resultados de los test de estrés realizados a los grandes bancos americanos, los buenos resultados empresariales a este lado del Atlántico de empresas como Renault o H&M y, finalmente, los buenos datos económicos americanos que denotan un día más la extremada resistencia de su economía y, aunque no terminan de desdibujar la probabilidad de una recesión, sí que hacen prever que ésta sea más corta y de menor intensidad. Las rentabilidades de los bonos se incrementaban a lo largo del día y cerraban notablemente al alza.