Fernando Rodríguez | El 13% -1 de cada 8- de las campañas activistas lanzadas durante los nueve primeros meses de 2021 ha tenido éxito, según el estudio del Diligent Institute Activist Investors: Setting the Pace on ESG, realizado a una muestra de 726 compañías de todo el mundo –sobre todo, norteamericanas-.
En 2020 hubo más campañas de este tipo -1.770- que en lo que va de 2021 -715-, aunque el porcentaje de éxito este año es superior al del ejercicio pasado, que fue del 11% -1 de cada 9-.
Según el estudio citado, las tres “líneas rojas” de los inversores más activistas son la no separación entre las funciones del presidente del Consejo y el CEO, la supuesta no adecuación de los perfiles de los consejeros a las necesidades de los órganos de gobierno en cuanto al “sector de la compañía, el momento de su ciclo de crecimiento o la estrategia futura” y el déficit de experiencia en tecnología especialmente relacionado con riesgos de ciberseguridad.
Los analistas del Instituto Diligent llaman la atención sobre el hecho de que “los factores ESG han ganado tracción y visibilidad con los años, no sólo entre inversores y accionistas, sino también entre otros `stackeholders´, Gobiernos y reguladores”, lo que “ha llevado a las compañías a incorporar políticas de ESG en varias áreas de sus negocios”.
Los datos de que dispone Diligent “sugieren que el `momentum´ del inversor activista continuará a lo largo de lo que queda de 2021 y en 2022”.
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