Los consejos con malas prácticas deberían tener cuidado

Nicolay Tangen (Norges Bank Investment Management)*| El Norway,s oil fund de Noruega tiene más de 1 billón de dólares en activos. Para un gran inversor como nosotros, es vital expresar expectativas claras a los consejos y las empresas en las que invertimos. Consejos fuertes e independientes que puedan ejercer una supervisión efectiva del management son fundamentales para la creación de valor.

Hace unas semanas estuve en el Foro Económico Mundial en Davos para hablar con otros inversores y compañías. Nuestro mensaje para ellos ha sido claro: esperamos que los consejos mejoren. Deben ser cada vez más eficaces en la supervisión de la estrategia y la gestión empresarial en un entorno empresarial complejo.

En cuanto al cambio climático, las compañías que planifican para mantener el statu quo no están abordando los riesgos y oportunidades crecientes, tanto físicos como regulatorios. Las que están haciendo inversiones ahora dedicadas a la economía de transición es plausible que sean beneficiarias netas.

Vamos a hacer cada vez más responsables a los consejos. Nuestras crecientes  expectativas ya se reflejaron en nuestra política de voto en 2022. En el futuro, votaremos en contra de los miembros del consejo si hay quiebras importantes en el disclosure, la gestión o la supervisión del riesgo climático.

A partir de 2023, también planeamos presentar nuestras propias propuestas como accionistas. Las empresas deben informar sobre cuestiones climáticas y establecer objetivos de Net Zero. La presentación de propuestas relacionadas con el clima en las que las empresas no cumplen con nuestras expectativas y están claramente rezagadas envía una señal clara de que el consejo debe intensificar sus esfuerzos.

Nos preocupa que las consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza se estén convirtiendo cada vez más en un tema político candente. Pero la ESG no es política. Es sentido común. En un mundo inhabitable, el valor de nuestro fondo es cero. Para nosotros, integrar el riesgo ESG consiste en tomar buenas decisiones de inversión. Para las empresas, se trata de una buena gestión del riesgo y de la creación de valor a largo plazo.

Y luego está la cuestión de las retribuciones.  Los accionistas están pagando a los altos directivos más y más cada año. El salario medio de los altos directivos del S&P 500 aumentó un 17%, a casi 15 millones de dólares, entre 2020 y 2021. En muchos casos, esto no ha venido acompañado de la correspondiente creación de valor a largo plazo.

En 2022, revisamos nuestra política de voto respecto a paquetes retributivos particularmente generosos, definidos como aquellos que son potencialmente dilutivos o que incluyen garantías inusualmente onerosas en comparación con empresas comparables. Nos vamos a centrar en paquetes retributivos a partir de 20 millones de dólares, y en casos en los que los resultados son inusualmente costosos y los incentivos no se alinean claramente con los intereses de los accionistas. En estos casos, tenemos requisitos más estrictos para una buena estructura retributiva, como un horizonte temporal de cinco años para los incentivos en acciones.

Hemos reclamado largamente la separación del rol de primer ejecutivo y del presidente. La responsabilidad del presidente es garantizar que la remuneración esté en línea con la creación de valor, y un rol dual podría comprometer esto. Durante la última década, la proporción de empresas cotizadas de EE. UU. con la presidencia y la dirección ejecutiva concentradas en una misma persona  disminuyó de alrededor del 40% a alrededor del 34%. Esto es positivo, pero todavía queda un largo camino por recorrer.

Otro ingrediente vital para consejos sólidos es una amplia gama de perspectivas, competencias y experiencias. Esto es crucial para la calidad del consejo. Esperamos que en los consejos al menos haya un 30% de representación de cada género, y votaremos cada vez más en contra de aquellos que no cumplan con esta condición.

Como inversores, claramente tenemos un interés financiero en decir lo que pensamos alto y claro. Y, más en general, creo que es importante reflexionar sobre el contexto social de las operaciones de las empresas y su papel como gestores del capital humano.

En un momento en que el coste de la vida está aumentando, no es sostenible aumentar agresivamente el salario de los ejecutivos mientras los salarios promedio se quedan muy atrás. Nunca ha habido un peor momento para la codicia corporativa.

* Chief executive de Norges Bank Investment Management.
(Artículo publicado por cortesía de Norges Bank y de The Financial Times)