Francia: los resultados extremos están fuera de juego por ahora

Donny Kranson

Donny Kranson (Vontobel) | El resultado inicial de la primera vuelta de las elecciones francesas se ajustó bastante a las encuestas. Las 48 horas de tira y afloja en la segunda vuelta significan que los resultados extremistas están en su mayoría fuera de la mesa, lo que calma la volatilidad y apoya un resultado más racional. Dicho esto, quedan detalles por resolver, ya que todavía hay algunos centristas que no quieren empujar a sus partidarios hacia la extrema izquierda. Sin embargo, la idea de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo parece mantenerse y el sentimiento anti extrema derecha está ganando terreno entre los demás partidos.

La derecha ha adoptado un enfoque más centrista en cuestiones fiscales durante este ciclo electoral. La Agrupación Nacional (RN) ha rebajado el tono de varias opiniones fiscales y monetarias extremas, ya que necesita socios para formar un gobierno viable. También quiere dar ejemplo para que se le considere un partido legítimo de cara a las elecciones presidenciales de 2027. Si se mantiene menos extremista fiscalmente cuando llegue al poder, los diferenciales pueden comprimirse. El RN puede dar algunas victorias a sus votantes centrándose en la inmigración más que en grandes cambios económicos. La principal oposición se centrará en las políticas fiscal y ecológica de la UE: una menor regulación ecológica atrae tanto a la izquierda como a la derecha. Es probable que se ignore la restricción fiscal del 3% de la eurozona, pero no vemos un estallido total del presupuesto, ya que el caos no será bueno para la RN en las elecciones de 2027.

A largo plazo, independientemente del resultado de la segunda vuelta, la tendencia de la RN de obtener mejores resultados en cada ciclo electoral significa que, en algún momento, el partido podrá hacerse con el control total del gobierno. En ese momento, no está claro si resurgirán las políticas más extremas, como la nacionalización de ciertas industrias. Este temor puede pesar sobre ciertos sectores incluso después de estas elecciones, aunque no se ponga en juego hasta dentro de unos años.  

Curiosamente, en Francia, donde los partidos tienden a controlar tanto la presidencia como el parlamento para que los gobiernos puedan llevar a cabo sus tareas, si hay un parlamento indeciso, puede verse como algo negativo. Pero si se da una situación en la que las cosas se quedan como están porque el parlamento no puede hacer nada, podría ser positivo. El statu quo económico en Francia no es malo. En muchos países, el estancamiento suele ser bueno.

En definitiva, es demasiado pronto para responder a muchas de las preguntas que plantean estas elecciones, ya que tenemos que ver las diferentes coaliciones que se forman y lo que van a defender. Pero los resultados extremos están fuera de juego por ahora, lo que debería mejorar de nuevo el interés por los activos franceses.