La inclinación de la Fed a endurecer su política es solo el principio

Keith Wade

Keith Wade (Schroders) | La última reunión del Comité Federal de Mercado Abierto no supuso ningún cambio en la configuración de su política, pero sí una clara y, en nuestra opinión, oportuna inclinación hacia medidas más agresivas en el futuro.

Hubo pocos cambios en la declaración que la acompañó, salvo que la Reserva Federal (Fed) parece reconocer que los riesgos a la baja relacionados con el Covid se han reducido gracias al progreso del programa de vacunación. La declaración publicada tras la reunión de dos días del FOMC se centró en gran medida en las proyecciones económicas de la Fed y en el «dot plot», su gráfico que representa las expectativas para los tipos de interés previstas por 18 miembros del comité.

La mejora de las previsiones de crecimiento e inflación para este año no fue una sorpresa, pero el aumento del número de miembros del FOMC que prevén una subida de los tipos de interés para finales de 2023 sí cogió a los mercados por sorpresa.

La mediana de las previsiones de tipos para finales de 2023 subió al 0,625%. El consenso al inicio de la reunión era que no habría cambios respecto a los niveles actuales. También hubo un notable aumento en el número de miembros que esperan tipos más altos para finales de 2022, aunque la mediana se mantuvo sin cambios en este horizonte temporal.

En su conferencia de prensa, el presidente Powell reconoció que el comité estaba ahora «comenzando a hablar» sobre el tapering y «la posibilidad de que la inflación resulte ser más alta y duradera de lo que esperamos», dados los cuellos de botella que se están produciendo en la reapertura de la economía.

Las proyecciones de la Fed dejan claro que el repunte de la inflación se considera transitorio, pero se ha producido un cambio significativo en las expectativas para este año tras los últimos datos.

Estos movimientos acercan a la Fed a nuestras propias proyecciones, en las que prevemos que el banco central iniciará el tapering a finales de este año y subirá los tipos a finales de 2022. Nuestra opinión se basa en la fortaleza del crecimiento que probablemente veremos en el segundo y tercer trimestre de este año y en las perspectivas favorables que se mantienen. Esto significa que nos preocupa que la economía se dirija hacia una mayor inflación, incluso si el repunte actual resulta ser transitorio.

Esperamos que las presiones inflacionistas disminuyan este año, pero que vuelvan a aumentar en 2022, a medida que se cierre la brecha de producción y se recaliente la economía. A la Fed le resultará difícil permanecer pasiva en este entorno y tendrá que actuar para evitar un aumento significativo de las expectativas de inflación que, por supuesto, alimentaría un incremento sostenido de la inflación a través de un mayor crecimiento de los salarios.