El consumidor alemán al rescate de la economía: el sector minorista lo está haciendo muy bien y crece alrededor de un 4% anual

Bulevar Kufurstendamm en Berlin

Martin Moryson (DWS) | Hace diez años, era fácil ser Ministro de Asuntos Exteriores alemán. Ibas por el mundo y dabas sabios consejos a todo el mundo, los quisieran o no. La tendencia de la actual ministra podría ser la misma, pero es posible que se enfrente a mucha resistencia, e incluso a consejos no deseados para la propia ministra, sobre cómo abordar la transición energética, los ferrocarriles poco fiables, el repentino déficit presupuestario o incluso -el colmo- la selección nacional de fútbol. ¿Cómo va a comprar el consumidor alemán en un entorno tan sombrío?

Lo que empeora aún más la situación es que las perspectivas de crecimiento de Alemania para el próximo año se consideran en general malas. La debilidad global de la industria manufacturera lastra las exportaciones y los altos tipos de interés la inversión en construcción. La inversión en bienes de equipo ha resistido hasta ahora mejor de lo que cabía esperar dados los elevados tipos de interés. Pero, de cara al futuro, es probable que el desfase en el presupuesto federal y las consiguientes menores subvenciones para inversiones en medio ambiente, digitalización e infraestructuras ralenticen también la inversión en equipos.

Entonces, ¿de dónde podría venir el crecimiento? Los consumidores alemanes no son conocidos como grandes compradores, pero, sorprendentemente, el consumo privado podría ofrecer alguna esperanza. Las elevadas tasas de inflación han provocado una caída del consumo real de alrededor del 1% este año y, sin embargo, el sector minorista lo está haciendo espléndidamente, al menos en términos nominales. Crece a un ritmo anual de alrededor del 4%. En términos reales, por supuesto, no parece muy halagüeño en este momento porque los consumidores no están recibiendo tanto por su dinero debido a la alta inflación. Sin embargo, el fuerte ajuste salarial sugiere que los consumidores alemanes deberían seguir teniendo suficiente dinero en el bolsillo para que las ventas al por menor sigan creciendo con solidez.

La caída de las tasas de inflación debería entonces generar un crecimiento del consumo en términos reales. En el año en curso, los consumidores han perdido alrededor del 6% de su poder adquisitivo. El año que viene debería ser menos de la mitad y, en términos reales, el consumo privado debería crecer algo menos del 1%. No sería tan malo para el sector minorista alemán y la economía alemana. Sin embargo, tras la presentación del proyecto de presupuesto revisado del Gobierno federal para 2024, dudamos de que ese 1% de crecimiento del consumo sea suficiente para compensar el impulso negativo de las empresas, que ahora se ven privadas de las subvenciones y otras ayudas que el Gobierno les venía concediendo.