El BCE se “cubre las espaldas” al establecer un objetivo de inflación simétrica en el 2% para el medio plazo

Christine Lagarde

J.J. Fdez- Figares (Link Securities) | En una sesión en la que los inversores optaron sin tapujos por reducir sus posiciones de riesgo, los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses cerraron claramente a la baja, mientras que los bonos, con excepción de los de los países de la periferia del euro, actuaban como refugio. Como suele ocurrir en estos casos en las bolsas europeas, ningún sector se salvó ayer de la “quema”, con los inversores vendiendo de forma indiscriminada, en especial los valores en los que mantienen mayores plusvalías. Al cierre de la sesión, los principales índices europeos bajaron alrededor del 2%, terminando el día cerca de sus mínimos de la jornada, “liderados” por el FTSE Mib italiano y por el Ibex-35, índice este que ya ha cedido cerca del 7% desde sus recientes máximos anuales, lo que le vuelve a situar “a la cola” entre los principales índices bursátiles de la Europa continental. En Wall Street, sin embargo, y tras un inicio de sesión muy negativo, todos los grandes índices moderaron sensiblemente sus caídas, aunque cerraron todos ellos con descensos cercanos al 0,8%. 

Como ya señalamos ayer, detrás de este repentino incremento de la aversión al riesgo que parece estar condicionando las decisiones de inversión de muchos inversores en las últimas sesiones hay varios factores, ninguno de los cuales termina de convencernos por completo. Así, se habla de que el crecimiento económico, producto de la recuperación de las economías tras la reapertura de las mismas, podría haber tocado techo a finales del 2T2021, lo que supondría que el crecimiento de los beneficios empresariales también lo habría hecho. Es muy posible que en términos interanuales e, incluso, en términos mensuales, los ritmos actuales de expansión sean insostenibles, pero por ahora las principales casas de análisis y los organismos internacionales, como ha hecho recientemente la Comisión Europea (CE) para la economía de la Eurozona, continúan revisando al alza sus expectativas de crecimiento para el presente ejercicio y para 2022. También se habla del potencial impacto de la variante Delta en el crecimiento económico mundial. En este caso, y en los países que llevan muy avanzado el proceso de vacunación, el miedo de los inversores se debería centrar más en las actuaciones políticas que en el propio virus. Si nos atenemos a lo que viene ocurriendo en el Reino Unido en los últimos dos meses, país que la semana que viene levanta casi todas las restricciones impuestas para luchar contra la pandemia, la variante Delta está provocando un fuerte repunte de casos de Covid-19, especialmente entre la población joven no vacunada, pero no así de las hospitalizaciones ni de las muertes. Por tanto, y salvo sorpresa, el potencial impacto de esta variante en la recuperación económica va a depender mucho de la actuación de los políticos. En ese sentido, declaraciones “interesadas” como las hechas el miércoles por el secretario de Estado de Asuntos Europeos de Francia, Clement Beaune, recomendando a los ciudadanos de este país no viajar de vacaciones a España y Portugal, “no ayudan”. Por último, está el tema de los bonos. El reciente rally experimentado por los precios de estos activos, especialmente en EEUU, donde la rentabilidad del bono a 10 años se ha situado a su nivel más bajo desde el pasado mes de febrero, está “asustando” a los inversores de renta variable, ya que parece que los inversores de bonos “saben algo que ellos no saben”. Volvemos a insistir que el reciente movimiento de los bonos tiene un carácter más técnico y de operativa de mercado que fundamental y que, lo lógico sería que revierta en los próximos meses, salvo que surja algún nuevo factor de riesgo que por ahora no tenemos identificado. 

Lo cierto es que los mercados de renta variable occidentales, tras un excelente 1S2021, estaban bastante sobrecomprados, con algunas cotizadas habiendo alcanzado valoraciones muy exigentes independientemente de sus buenas expectativas de negocio y resultados. Por tanto, no es descartable, incluso podría terminar siendo saludable a pesar del “dolor” que genera a corto plazo, que las bolsas corrijan. No obstante, seguimos pensando que, salvo que surja algo, insistimos, que ahora no contemplamos, por ejemplo, una variante del virus frente a la que las vacunas no sean eficientes, la potencial corrección no será muy profunda (entre un 5% y un 10%) y que, además, generará, de darse, una interesante oportunidad para volver a incrementar posiciones en renta variable. Los elevados niveles de liquidez inyectados en el sistema por las políticas monetarias de los bancos centrales y las fiscales de los distintos gobiernos, especialmente de los gobiernos estadounidenses de Trump y de Biden, y la falta de alternativas de inversión atractivas harán que, antes o después, el dinero vuelva a las bolsas. 

Hoy esperamos que los mercados europeos abran entre planos o ligeramente al alza. Entendemos que de cómo reaccionen los futuros de los principales índices bursátiles estadounidenses va a depender si los índices europeos intentan recuperar algo de lo cedido ayer o profundizan en sus caídas. Por lo demás, señalar que hoy se publicarán las actas de la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE (junio), actas que estaba previsto dar a conocer ayer, pero que el BCE decidió retrasar su publicación para que no coincidiera con la de la revisión de su estrategia. En este sentido, señalar que la institución, entre otras medidas de menor calado y de difícil cuantificación, anunció ayer que ha decidido establecer un objetivo de inflación simétrica en el 2% para el medio plazo, medida que cumple las expectativas que al respecto manejaban los inversores y cuyo anuncio no tuvo efecto alguno en la marcha de los mercados. Esta medida permitirá al BCE no tener que comenzar a retirar estímulos monetarios antes de tiempo en periodos como el actual, en el que la economía de la Eurozona todavía requiere de apoyos y la inflación se ha disparado al alza, en gran medida por factores coyunturales. De esta forma, se espera que el BCE mantenga los actuales parámetros de su política monetaria sin cambios aún por mucho tiempo, ya sin presiones autoimpuestas. Con esta decisión el BCE se “cubre las espaldas”, sobre todo porque espera que la inflación se sitúe por encima del 2% durante gran parte del 2S2021.