J. J. Fdez-Figares (Link Securities) | En una sesión en la que la mayoría de los inversores se mantuvieron a la espera de conocer qué es lo que hacía y decía la Reserva Federal (Fed) al término de la reunión de dos días que ha mantenido su Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), los principales índices bursátiles europeos cerraron ayer ligeramente a la baja, tras haber estado moviéndose en un estrecho intervalo de precios durante todo el día.
A nivel macroeconómico lo más relevante de la jornada de ayer fue la confirmación de que tanto la producción industrial en la Eurozona como el PIB del Reino Unido se comportaron en el mes de octubre peor de lo esperado. Así, ambos indicadores apuntaron a una potencial entrada en recesión de las economías de ambas regiones, lo que no pareció sorprender a los inversores de renta variable, que no reaccionaron a la publicación de los datos, mientras que los bonos sí lo hicieron, en su caso al alza, especialmente en el Reino Unido, lo que provocó una nueva caída de sus rendimientos, con los inversores apostando a que los recortes de los tipos oficiales pueden anticiparse dada la debilidad de ambas economías.
Pero la gran cita de ayer para los inversores fue el resultado del FOMC, resultado que fue muy bien acogido tanto por los mercados de bonos como de acciones estadounidenses. Así, la Fed cumplió con lo previsto y mantuvo por tercera reunión de forma consecutiva sus tipos de interés de referencia sin cambios en el intervalo del 5,25% -5,50%, su nivel más elevado en 22 años. En su comunicado las autoridades monetarias estadounidenses aportaron pocas novedades al afirmar que los indicadores dados a conocer recientemente apuntan a que el crecimiento económico se ha desacelerado y a que la creación de empleo se ha moderado, aunque sigue siendo fuerte, mientras que la tasa de desempleo se ha mantenido baja y la inflación ha disminuido durante el año pasado, pero sigue siendo elevada. Nada nuevo, por tanto. Sin embargo, tanto del resto del comunicado como de la intervención del presidente de la Fed, Jerome Powell, en la rueda de prensa posterior a la reunión del FOMC, se pueden concluir dos importantes cuestiones que gustaron, y mucho, a los inversores: i) que el banco central estadounidense ha dado casi seguramente por terminado su proceso de alzas de tipos de interés; y ii) que la Fed no quiere mantener éstos a niveles restrictivos más tiempo del necesario para evitar, de este modo, penalizar en demasía el crecimiento económico. Ambas afirmaciones se vieron corroboradas por lo que fue la gran sorpresa de la reunión: el hecho de que los miembros del FOMC anticiparan en su diagrama de puntos tres reducciones de 25 puntos básicos durante 2024. Anteriormente sólo esperaban dos bajadas, pero tras una nueva subida en el 2023 que no se ha producido, por lo que realmente las expectativas de la Fed para sus tasas de referencia para el año que viene se sitúan ahora 50 puntos básicos por debajo de las que mantenía en septiembre, y mucho más en línea con lo que esperaban/deseaban los inversores. De este modo, el mercado ha vuelto a apostar porque la primera reducción de las tasas oficiales se producirá en el mes de marzo, dándole los futuros una probabilidad de casi el 60% a este escenario.
Tenemos que reconocer que tanto el tono como lo anticipado por el FOMC en materia de tipos de interés nos ha sorprendido, ya que esperábamos un mensaje más “duro” por parte de la Fed, sobre todo teniendo en cuenta que la inflación sigue y seguirá, según las propias estimaciones de los analistas del banco central estadounidense, por encima del objetivo del 2% todavía durante un buen tiempo.
Como era de esperar, la reacción fue muy positiva tanto por parte de los inversores en los mercados de bonos -el rendimiento del bono del Tesoro con vencimiento a 10 años se ha situado por debajo del 4% y el del bono con vencimiento a 2 años por debajo del 4,5%, sus niveles más bajos desde marzo- como por parte de los inversores en renta variable, con todos los principales índices de Wall Street cerrando la jornada de ayer con fuertes alzas, con el Dow Jones superando por primera vez en su historia los 37.000 puntos, marcando así su primer máximo histórico desde el alcanzado el 4 de enero de 2022. Asimismo, cabe destacar que el dólar se debilitó con fuerza con relación al resto de principales divisas.
Hoy volverán a ser los bancos centrales los que monopolizarán la atención de los inversores, ya que en Europa se reúnen los comités de política monetaria de los bancos centrales de Noruega, Suiza, Reino Unido y de la Eurozona. Centrándonos en la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, decir que apostamos ahora que, tras lo visto ayer con la Fed, lance un mensaje más “suave” del que esperábamos antes sobre el devenir de su política monetaria, mensaje que estaría más justificado que el del banco central estadounidense dada la debilidad que viene mostrando la economía de la región. De cumplirse esta premisa, lo normal sería que la reacción tanto de los bonos como de las acciones de la región sea positiva. Si, por el contrario, el BCE opta por la prudencia e insiste en que su principal objetivo es el control de la inflación, dejando abierta la puerta a nuevas subidas de tipos, de considerarlo necesario, creemos que ello provocará algunas ventas en ambos mercados.
Así, y a la espera de conocer al mediodía la decisión del BCE en materia de tipos de interés -esperamos que mantenga los mismos sin cambios- y, sobre todo, sus posibles movimientos futuros en esta materia, apostamos por una apertura al alza de las bolsas europeas, siguiendo de este modo la estela dejada ayer por Wall Street y por las principales bolsas asiáticas esta madrugada, donde el mensaje lanzado ayer por la Fed también ha sido bien acogido. Por lo demás, señalar que esta madrugada el dólar sigue mostrando cierta debilidad, mientras que el precio del crudo intenta continuar recuperando terreno, tras cerrar ayer con un alza cercana al 2%.