Los mercados se mantendrán tensionados a la espera de las reuniones de política monetaria de los bancos centrales occidentales

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Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | Los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses cerraron ayer en su mayoría a la baja, aunque los descensos fueron en general moderados. No fue así en el caso concreto del Nasdaq Composite, índice en el que el sector tecnológico mantiene un peso relativo muy elevado, que ayer cedió casi el 1% en lo que fue su cuarta sesión consecutiva de pérdidas, lastrado, como ya ocurriera en la sesión precedente, por el descenso de las acciones de Apple (AAPL-US) y del sector de los semiconductores. Así, la noticia dada a conocer el miércoles por The Wall Street Journal de que las autoridades chinas habían prohibido a los funcionarios del gobierno el uso del iPhone en su trabajo se sumó ayer otra publicada por Bloomberg que apuntaba a que esta prohibición se iba a extender a más organismos de la administración y a las empresas estatales. En dos sesiones las acciones de Apple (AAPL-US) han cedido más del 6%, lastrando el comportamiento de los principales índices bursátiles estadounidenses, dada su elevada ponderación en los mismos. Interpretamos esta medida del Gobierno chino, medida que no ha sido oficializada en ningún momento, como parte de la guerra comercial y tecnológica que mantiene el país con Estados Unidos. No obstante, dudamos que este tema pueda ir mucho más lejos ya que para China sería como “pegarse un tiro en el pie” dada la importante implantación industrial de Apple (AAPL-US) y de muchos de sus principales proveedores en el país. Además, este tipo de medidas no hace ningún bien al intento del Gobierno chino de recuperar el interés de los inversores extranjeros en el país. Es más, creemos que sirven para ahuyentar a las empresas, tanto a las que ya están presentes como a las que están pensando implantarse allí.

En este sentido, señalar que el “factor” Apple (AAPL-US) no ha hecho sino empeorar el sentimiento en los mercados de valores, sentimiento que, tal y como ocurrió en la primera quincena de agosto, está viéndose lastrado por dos temas principalmente: i) la debilidad de la economía de China, que ayer volvió a quedar patente con la publicación de fuertes caídas de las exportaciones y de las importaciones del país en el mes de agosto, y ii) la resistencia que está mostrando la economía de Estados Unidos a las alzas de los tipos oficiales, especialmente el mercado laboral -ayer se supo que la semana pasada las peticiones iniciales de subsidios de desempleo se situaron a su nivel más bajo desde el mes de febrero-, lo que hace pensar a los inversores que la Reserva Federal (Fed) se va a ver forzada a mantener sus tasas de referencia a niveles elevados por más tiempo del que se estimaba hasta hace poco. Además, la reciente fortaleza del dólar no está “ayudando”, entre otros efectos por lo que ello conlleva de cara a la inflación, al estar nominados los precios de muchas materias primas en esta divisa. De este modo, y por todo lo expuesto, los inversores parece que han optado por reducir sus posiciones de riesgo, rotando algunas desde los sectores más expuestos al ciclo y desde los tecnológicos a los de corte más defensivo, que fueron ayer nuevamente los que mejor se comportaron.

Hoy esperamos que las bolsas europeas abran sin una dirección clara, en un ambiente de muchas dudas y con muchos inversores esperando ya las reuniones que celebrarán los comités de política monetaria de los principales bancos centrales occidentales en las próximas semanas -el jueves que viene el BCE reúne a su Consejo de Gobierno-. Se espera que todos ellos ofrezcan su visión sobre el estado actual de las economías y sobre cómo esperan que éstas evolucionen, con atención especial al comportamiento de la inflación, variable que determinará en gran medida sus próximos movimientos de política monetaria. Hasta entonces, esperamos que los mercados se mantengan tensionados, aunque no descartamos algún repunte puntual dado el elevado nivel de sobreventa que han alcanzado muchos valores y los índices.

Por lo demás, señalar que la agenda macroeconómica del día de hoy es bastante anodina, destacando únicamente la publicación de la lectura final del IPC de agosto de Alemania, lectura que suele coincidir con su preliminar, por lo que no debería tener ningún impacto sobre la evolución de los mercados. Eso sí, servirá para recordar a los inversores que la inflación en la Eurozona y sus principales economías continúa siendo todavía demasiado elevada, manteniéndose muy por encima del objetivo del BCE del 2%.