El retorno del suministro de Nordstream 1, solo una tirita

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Intermoney | La vuelta a la puesta en marcha del suministro del gas ruso, paralizado los últimos diez días por tareas de mantenimiento, ponía fin a los temores que se habían producido acerca del posible corte de parte del gas suministrado. Unos temores que se habían magnificado después de que Gazprom advirtiese que la operación del gaseoducto podría verse afectada por una turbina que no se le había devuelto a raíz de las sanciones.

Desde el gobierno ruso, Vladimir Putin avisaba que el bombeo de gas podría verse reducido a la mitad de lo que venía suministrando. No debemos dejar pasar esto, pues una vez la turbina ha sido enviada a Rusia, Putin ha dudado de la calidad de esta, poniendo los cimientos para lo que podría ser una justificación futura para reducir los suministros. Por el momento, la restitución no es lo suficiente como para poner fin a la amenaza de racionamiento para hacer frente a la posible escasez de invierno, suministrándose en el momento actual un 40% de lo que venía haciéndose en condiciones normales.

Como anteriormente hemos comentado, esto no deja de ser una tirita debiendo de recordar que los gobiernos europeos continúan preparándose para nuevos cortes de suministro. Si tomamos Alemania como referencia, el gas natural representa alrededor del 27% del mix energético. Antes del comienzo de la guerra de Rusia en Ucrania, el 55% del gas se importaba de Rusia. Desde entonces, el gobierno alemán se ha apresurado a obtener gas de otros lugares, por ejemplo, comprando más a Noruega o los Países Bajos, o ampliando su infraestructura para importar gas natural licuado de EEUU y Qatar. A fines de junio, Alemania solo depende de las importaciones rusas en un 26%. El problema es que para finales de año se requerirá en áreas donde Alemania es particularmente vulnerable como es para calentar hogares e impulsar la industria.

Si Gazprom sigue enviando gas al mismo ritmo que lo hace en la actualidad, Alemania sobrevivirá al invierno sin escasez considerando la celeridad que tuvo el país germano para llenar sus reservas de gas en la primera mitad del año. Sin embargo, entraría en el inverno de 2023-24 en una situación considerablemente peor que la del presente año. Para entonces, en el peor de los casos, en el que Alemania no pueda obtener más gasolina y tampoco ahorre, el instituto Kiel estimaba un daño a la economía de hasta 283 mm. €.