Lo que Reino Unido convierte en permanente es la desgravación fiscal a la inversión

Ana Racionero (Intermoney) | Al cierre europeo de ayer, Lagarde emitía unas declaraciones advirtiendo de que no sería el momento de declarar victoria sobre la inflación y que, a pesar de que se espera que la general suba ligeramente, se debería ver un mayor debilitamiento de las presiones inflacionistas. El mercado hacía una lectura “dovish” de estas declaraciones y reaccionaba con compras de bonos. También instaba a los gobiernos de la Unión a renovar sus normas fiscales antes de que finalice el año. Posteriormente, Isabel Schnabel decía igualmente que se prevé una desaceleración del proceso de desinflación, ya que se espera un repunte temporal de los precios, y que harían falta dos años para rebajar la inflación del 2.9% al 2%. Centeno decía ver una alta probabilidad de que hayamos alcanzado el pico de tipo de interés.

El Tesoro italiano anunciaba la cancelación de cuatro subastas de aquí a final de año, en línea con sus necesidades de financiación para lo que resta de 2023. Las actas de la FED reflejaban que sus miembros habrían estado de acuerdo en la última reunión en mantener los tipos de interés restrictivos durante algún tiempo y en proceder con cautela a la hora de decidir si volver a subirlos, y que debían condicionar nuevas medidas de endurecimiento a que se hubiera hecho suficiente progreso en bajar la inflación. El S&P retrocedía desde unos niveles de sobrecompra, después de haber añadido unos 6 billones de USD de capitalización bursátil en lo que llevamos de año. Los resultados empresariales de Nvidia, a pesar de reflejar un éxito de ventas, recibían poca reacción por parte del mercado, al igual que el acuerdo entre Israel y Hamás apenas se dejaba sentir en el precio del crudo.

Hoy abríamos en Europa con los bonos a la baja con motivo de la subasta alemana a 12 y 15 años y la vista puesta en las elecciones en los Países Bajos. El BCE publicaba su informe sobre estabilidad financiera, en el que advertía de los riesgos que para ésta supone la debilidad de la economía, unida a la alta inflación y el aumento de los tipos. De Guindos se unía al coro de voces que consideran prematuro discutir sobre recortes de tipos, e iba más allá al decir que las esperanzas del mercado de un “aterrizaje suave” serían demasiado optimistas. También recalcaba la “datodependencia” del BCE. La confianza del consumidor de la Eurozona ascendía en noviembre del -17.9 previo al -16.9, mejorando el -17.8 previsto.

En el Reino Unido, el índice CBI de tendencias de órdenes se desplomaba en noviembre hasta el -35, frente al -25 esperado. Las tendencias de precios de venta, por el contrario, subían de 7 a 11, en lugar de retroceder a 5 como estaba previsto. Pero el foco del día estaba puesto en la Declaración de Otoño del ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, quien prometía reducir la deuda y recortar los impuestos y convertía en permanente la desgravación fiscal de las inversiones en el Reino Unido. Decía que la OBR (Oficina para la Responsabilidad Presupuestaria) establecía sus expectativas de inflación general al 2.8% en 2024, elevaba las de crecimiento para este año del -0.2% al 0.6% y rebajaba las del año que viene del 1.8% al 0.7%.

En E.E. U.U., las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo retrocedían de las 233k revisadas de la semana pasada a 209k, por debajo de las 227k de las encuestas. Los reclamos continuos también descendían de 1862k a 1840k, en lugar de ascender a 1875k como se esperaba. Las órdenes de bienes duraderos se precipitaban en octubre al -5.4% tras un aumento del 4% en septiembre, empeorando las previsiones de -3.2%. La lectura final de la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, en su apartado de percepción, se corregía al alza hasta un 61.3 vs 61 estimado. La situación actual se elevaba igualmente del 65.7 al 68.3, y las expectativas cedían una décima hasta el 56.8. Las expectativas de inflación a un año subían una décima hasta el 4.5%, y a 5-10 años se mantenían al 3.2%. Este aumento de las expectativas de inflación a un año elevaba la rentabilidad del dos años UST por encima del 4.90%, llevando al USD a su mayor ascenso en casi seis semanas. El aumento de las rentabilidades a dos años agravaba el aplanamiento de las curvas.

El precio del petróleo se desplomaba, y el WTI caía de los 77.77 USD de la apertura a los 74.14 al cierre de la sesión europea. La reunión de la OPEP, prevista para este fin de semana, se retrasaba hasta el 30 de noviembre debido a discrepancias acerca del nivel de producción.