Déjà vu en Francia, ¿cuánto tiempo durará este Gobierno?

Anthony Willis

Anthony Willis (Columbia Threadneedle Investments) | La semana pasada, el primer ministro francés, Sébastien Lecornu, anunció su intención de dimitir tras solo 27 días en el cargo. Lecornu acababa de anunciar la composición de su gabinete, lo que molestó a muchos partidos del Parlamento y desencadenó rumores sobre una moción de censura, que Lecornu probablemente hubiera perdido. El gabinete que había diseñado era esencialmente el mismo que el que existía bajo el Gobierno de François Bayrou, en contraposición con el cambio solicitado por otros partidos.

A pesar de su dimisión, el presidente francés, Emmanuel Macron, encargó inmediatamente a Lecornu que intentase encontrar un punto de encuentro con los distintos partidos, con el fin de desbloquear la situación. El pasado viernes estaba claro que se habían logrado algunos avances, y finalmente, Macron anunció a su nuevo primer ministro: Sébastien Lecornu. ¡Era un déjà vu!

En estos momentos, en Francia no hay ningún interés por convocar nuevas elecciones, razón por la que Macron ha optado por esta vía. Todos los partidos, excepto Agrupación Nacional, rechazan esta opción, ya que este partido, liderado por la representante política de extrema derecha Marine Le Pen, conseguiría probablemente un avance significativo.

El problema es que, tras las elecciones de 2024, el Parlamento francés no cuenta con mayoría, sino que está compuesto por tres grandes bloques que no se ponen de acuerdo sobre la hoja de ruta a seguir. Esto dificulta enormemente la actividad legislativa y la estabilidad del ejecutivo. Tras su reelección, Lecornu ha presentado un nuevo gabinete con algunas caras nuevas que tendrán que enfrentarse a los mismos problemas de siempre: Francia tiene un elevado déficit presupuestario y una importante deuda nacional, y actualmente no hay voluntad de aplicar las importantes reformas necesarias para abordar esta situación.

Actualmente existe una elevada presión para revertir las reformas de pensiones anteriores, que ya fueron difíciles de aprobar en su momento, y Lecornu tiene la difícil tarea de mantener un Gobierno cohesionado. La Administración debe presentar esta semana al Parlamento un presupuesto para que entre en vigor en 2026, pero subyace la duda real de si Francia avanzará a trompicones hacia las elecciones presidenciales de 2027 y soportará el estancamiento político mientras tanto. No hay elecciones parlamentarias previstas hasta 2029, pero, una vez más, el Gobierno da muestras de inestabilidad y parece muy difícil que se logre un cambio político significativo.

¿Qué significa esto para los mercados? Las acciones de las compañías francesas experimentaron dificultades a principios de la semana pasada, especialmente los bancos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, al igual que ocurre en Reino Unido, gran parte de los ingresos de las grandes empresas francesas proceden de otros países. En gran medida, los problemas internos son irrelevantes para estas, pero seguimos observando una prima de riesgo en los bonos del Estado francés con respecto a los bonos del Estado alemán que probablemente se mantendrá. 

Obviamente, dado que Francia es una de las principales economías de Europa, entra dentro de la categoría de “demasiado grande para quebrar”, por lo que, aunque es probable que los rendimientos de los bonos del Estado francés sean más altos durante un largo periodo de tiempo, es una situación a la que los inversores tendrán que acostumbrarse. Si se produjeran acontecimientos más graves, en última instancia se podría recurrir a una intervención, pero en estos momentos estamos muy lejos de esa situación. El ejecutivo francés va a intentar aprobar un presupuesto en los próximos días, y ya veremos cómo evoluciona la situación. No estamos diciendo que Lecornu siga en el poder a finales de año, pero esperamos que esto aporte un poco más de estabilidad a corto plazo.