¿Un nuevo paradigma para las inversiones orientadas al medio ambiente?

Anne-Claire Abadie, Thibault Renoux, Alban Préaubert, Scyomore AM (Generali Investments) | Las inversiones orientadas al medio ambiente cotizan a valoraciones razonables y ofrecen una perspectiva atractiva. 

La exposición de los inversores se encuentra en mínimos históricos, lo que refleja un alto nivel de escepticismo que podría convertirse en una auténtica oportunidad.

Hace más de dos años que el mercado rechaza las inversiones con enfoque en el medioambiente. Sin embargo, su popularidad podría volver a aumentar pronto, apoyada por las decisiones de los bancos centrales a ambos lados del Atlántico. El BCE, probablemente seguido muy de cerca por la Fed, ha iniciado recientemente un ciclo de bajada de tipos que beneficiará a los valores ecológicos, ya que estos últimos requieren que se destinen grandes cantidades de capital. 

Este cambio de política se produce en un entorno de mercado marcado por la persistente debilidad del sentimiento de los inversores respecto al pilar medioambiental. Sin embargo, según nuestro análisis, las inversiones orientadas al medio ambiente cotizan a valoraciones razonables y ofrecen una perspectiva atractiva. 

La transformación de los sistemas energéticos mundiales será un poderoso motor de creación de valor. Estos sistemas se enfrentan a un reto y una oportunidad considerables, a saber, el aumento vertiginoso de la demanda de electricidad impulsado por el crecimiento de la inteligencia artificial.

IA, una industria hambrienta de energía

La rápida implantaciónde los sistemas de inteligencia artificial está provocando un aumento de la demanda de electricidad, sobre todo en los centros de datos. Suconsumo de electricidad podría duplicarse de aquí a 2026, pasando del 1-1,5% del consumo mundial al 2-3%. Según estimaciones de la AIE (Agencia Internacional de la Energía), esta demanda equivale aproximadamente al consumo eléctrico de Japón.

Las empresas que ofrezcan soluciones que mejoren la eficiencia energética de estas infraestructuras ávidas de energía, y en particular las de los dos mayores consumidores -los servidores y los sistemas de refrigeración, que suponen el 45% y el 35% respectivamente del consumo energético de los centros de datos-, deberían obtener buenos resultados.

En consecuencia, Schneider Electric, ABB, Eaton, Legrand, Spie y Vertiv se perfilan como los principales ganadores del enorme crecimiento de la demanda de electricidad en los próximos años. Por ejemplo, la empresa estadounidense Vertiv diseña sistemas de refrigeración líquida para centros de datos que permiten reducir en un 10% el consumo total de estos edificios ávidos de energía.

El aumento del número de vehículos eléctricos y la creciente proliferación de las bombas de calor también deberían añadir entre un 15 y un 20% a la demanda mundial de electricidad, tras una década de descenso del consumo en Europa y estabilización en Estados Unidos. Estas tendencias generarán muchas oportunidades para los agentes del mercado capaces de afrontar el reto.

Adaptar la red eléctrica es una prioridad

La amenaza de escasez de energía es una realidad y exige inversiones masivas. Según la AIE, tras más de una década de estancamiento, las inversiones deberían casi duplicarse de aquí a 2030 y superar los 600.000 millones de dólares anuales para modernizar las infraestructuras existentes y, más concretamente, las redes de transporte y distribución de electricidad. Estas envejecidas infraestructuras -que tienen varias décadas de antigüedad- ya no son adecuadas para gestionar múltiples fuentes de energía renovable y soportar la carga adicional.

Para los reguladores, la modernización de la red eléctrica es la prioridad absoluta. Empresas como Prysmian, Mastec, Quanta, Eaton, Nexans, ABB, Schneider Electric, E.ON y Elia parecen bien posicionadas, en nuestra opinión, para aprovechar estas nuevas oportunidades.

Además, los fabricantes de paneles solares y turbinas, como First Solar, Shoals, Nextracker y Vestas, se están beneficiando de la creciente demanda de energía limpia, ya que los actores de la industria tecnológica se han comprometido a alcanzar objetivos ambiciosos en materia de electricidad con bajas emisiones de carbono. Estos últimos están dispuestos a pagar una prima para asegurarse el suministro de energía limpia, lo que hace subir los precios de las energías renovables a largo plazo negociados con productores y distribuidores, conocidos como Contratos de Compra de Energía (CCE).

Los promotores y productores independientes de energía renovable, como NextEra, Iberdrola, EDPR, Orsted y Neoen, son los principales beneficiarios de nuestra cartera.

Los recortes de tipos han mezclado las cartas

El BCE dio un giro que había sido ampliamente anticipado por el mercado con el anuncio de un primer recorte de tipos el 6 de junio. La Fed podría seguir su ejemplo en los próximos meses. Este nuevo ciclo será un importante catalizador de resultados para el sector energético, compuesto esencialmente por activos a largo plazo.

En 2022 y 2023, la subida de los tipos de interés fue claramente un viento en contra para los valores relacionados con el medio ambiente, que se vieron perjudicados, pero que ahora están a punto de beneficiarse de vientos de cola más favorables.

Valoraciones atractivas

A pesar del reciente repunte del mercado, la prima de valoración que muestran los valores relacionados con el medio ambiente sigue comprimida en relación con su historial de 5 años (aproximadamente una prima del 10% sobre el PER a 12 meses para el MSCI Europe, y del 0% para el MSCI World1).

Los valores relacionados con el medio ambiente y las empresas de pequeña y mediana capitalización son dos categorías que sufrieron grandes salidas en los dos últimos años. Ahora parece que la presión a la baja se está desacelerando e incluso ha empezado a revertirse en el caso de las pequeñas y medianas empresas.

Por último, la exposición de los inversores se encuentra en mínimos históricos, lo que refleja un alto nivel de escepticismo que podría convertirse en una auténtica oportunidad. Creemos que, a pesar de la volatilidad provocada por las elecciones estadounidenses, los vendedores a corto podrían empezar a reducir sus posiciones, dejando espacio a los inversores tradicionales y tecnológicos que se planteen reforzar su exposición a largo plazo a la temática del Medio Ambiente.