Umberto Tamburrino (Generali Investments) | El mercado europeo de energía limpia continúa beneficiándose de un marco político estable y de un fuerte mandato político, que juntos proporcionan visibilidad a largo plazo para los inversores. Los impulsores estructurales —como la electrificación, la integración de renovables, el refuerzo de la red y la seguridad energética— están sosteniendo una demanda resiliente en toda la cadena de valor energética. Este entorno está generando una amplia gama de oportunidades de inversión atractivas, particularmente para el capital privado. Reflejando este impulso, se invirtió un récord de 330 billones de euros en la transición energética de Europa en 2024. Este contexto favorable proviene del contexto energético único de Europa. El continente carece de abundantes recursos naturales propios y sigue dependiendo en gran medida de las importaciones de combustibles fósiles. A pesar de los avances significativos, la independencia energética sigue siendo un imperativo estratégico. Como resultado, Europa está profundamente comprometida con el avance de su transición energética —no solo para desbloquear el crecimiento económico, sino más importante aún, para asegurar la soberanía energética a largo plazo. A diferencia de otras grandes economías, donde la política de energía limpia puede estar sujeta a cambios políticos a corto plazo, Europa está “manteniendo el rumbo” y posicionándose como líder global en la transición hacia las cero emisiones netas.
España ejemplifica este liderazgo.
Según Ember Energy, la energía eólica y solar representaron el 43% de la generación eléctrica del país en 2024. Sin embargo, este impresionante crecimiento en capacidad de energía limpia ha desplazado el desafío de satisfacer una demanda fija a gestionar la variabilidad del suministro —una tarea para la que la red española aún no está completamente equipada. La próxima frontera para España radica en actualizar su infraestructura de red para mejorar la flexibilidad y la integración. Los sistemas de almacenamiento de energía en baterías a escala de red (BESS, por sus siglas en inglés) representan la solución más eficaz y rápidamente desplegable para proporcionar la flexibilidad que requiere un sistema energético con alta penetración de renovables. Se espera que la adopción de BESS se acelere significativamente en España en los próximos años, desbloqueando todo el potencial de su generación de energía limpia, siguiendo la ruta ya emprendida anteriormente por otros países, como el Reino Unido e Italia, que, en Europa, han sido pioneros en la adopción de la tecnología BESS.



