Entre 2022/23, el 37% de los fondos europeos sólo se dirigía a los cinco países que más crecían aunque su peso en la economía de la Eurozona era de sólo el 13%

Fondos NextGenEU

Santander Research | El sector turismo ha explicado una buena parte de la foto en un entorno geopolítico complicado en otras partes del planeta. Y seguramente, también las nuevas tendencias de consumo post-pandemia. Pero la historia no se resume sólo en eso, como explicaba Schnabel esta semana. Las reformas estructurales, necesarias para lograr acceso a los fondos europeos, explican otra parte. Y es que, como explica, entre 2022/23, el 37% de los fondos europeos se dirigía a los cinco países que más crecían a pesar de que su peso en la economía de la EZ era de sólo el 13%. Mejoras estructurales que posiblemente también colaboraban con una balanza exterior mucho más favorable, con el peso de las exportaciones netas en España contribuyendo de media 0,4pp del PIB cada trimestre durante los últimos 2,5 años (vs c0% entre 2015-19). En otros casos, una política fiscal además muy expansiva (7,2% de déficit en Italia en 2023 vs 2,6% en Alemania) también ayudaba a compensar una política monetaria mucho más restrictiva. Finalmente, la creación de empleo (y aquí nuestro economista jefe Antonio Espasa añade, en el caso de España, la inmigración neta -algo muchos menos visible en Italia), explica la otra gran parte de una foto que ha empujado a la confianza y el consumo. En este contexto, el caso más llamativo es el de Grecia, con una tasa de paro que se ha desplomado desde el 13,7% en 2022 al 9,9% en julio, niveles no vistos desde la GFC como recuerda Schnabel. Finalmente, la banca periférica también parece haber disfrutado de unos márgenes mucho más favorables en este entorno de subidas de tipos.