España: El consumo público crece un 4,7% anual

Santiago Martínez Morando, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja | La primera estimación del PIB del tercer trimestre en España volvió a superar las expectativas al presentar un incremento del 0,8% respecto al trimestre anterior (igual que en el segundo trimestre) que lleva la tasa interanual hasta el 3,4%. Esto supone una clara aceleración desde el 2,2% que se alcanzó hace un año y se trata del máximo crecimiento desde el primer trimestre de 2023, cuando las tasas de variación todavía estaban algo infladas por los bajos niveles de partida que dejó la pandemia.

El consumo privado creció un 1,1% trimestral, lo cual, tras el 1,0% del anterior, parece mostrar una reactivación tras los modestos datos de los trimestres anteriores, que no terminaban de reflejar la buena evolución de los ingresos de los hogares gracias al aumento de la ocupación y de los salarios. No obstante, el crecimiento aún fue superior en el consumo público (2,2% trimestral). En el lado negativo hay que señalar la caída de la inversión (-0,9% trimestral), sobre todo en construcción (-1,7%). La aportación de la demanda externa fue ligeramente negativa en el trimestre (-0,1 p.p.), pero las exportaciones (0,9% trimestral, con un 1,6% para las de servicios) presentaron un dinamismo más que aceptable dado el contexto de debilidad económica de nuestros principales socios comerciales. Las importaciones aumentaron un 1,2%.

Si atendemos a la variación interanual sigue destacando el fuerte crecimiento de las exportaciones de servicios (13,4%) y del consumo público (4,7%), si bien, se aprecia una mejora en el consumo privado (2,8%). El comportamiento de la inversión continúa siendo más modesto, con un aumento del 1,8% apoyado sobre todo por la dedicada a construcción (3,2%) y, en menor medida, maquinaria y equipo (1,0%), mientras que cae la dedicada a productos de propiedad intelectual (-0,9%).

También cabe señalar que continúa la mejora de la productividad por puesto de trabajo tras los datos negativos de la mayor parte de 2023 y el inicio de 2024. En el tercer trimestre creció un 1,4% interanual tras el 1,0% del segundo. Sin embargo, aún son aumentos modestos desde un bajo punto de partida, sobre todo en comparación con las principales economías europeas y más aún con Estados Unidos. Además, como la remuneración por puesto de trabajo sigue creciendo en mayor medida (4,6%), esto se refleja en el aumento de los costes laborales unitarios (3,2% interanual), que suponen una amenaza para la competitividad a largo plazo.

En definitiva, el crecimiento del PIB de España sigue siendo notable y viene impulsado principalmente por el buen desempeño de las exportaciones de servicios (tanto turísticos como empresariales) en un nuevo ciclo que está favoreciendo a este sector respecto a la industria por los cambios en los hábitos de consumo que han seguido a la pandemia y por la buena posición competitiva de España en este segmento; y por un apoyo del consumo público un tanto elevado para el buen momento cíclico. La mejora del consumo privado parece responder con algo de retardo al crecimiento de la ocupación y los salarios y puede extender esta inercia positiva a los próximos trimestres dado los elevados niveles de ahorro de los que parten los hogares. El punto menos favorable de los datos es la atonía de la inversión, necesaria para incrementar el potencial de crecimiento a largo plazo, sobre todo considerando que las tendencias demográficas serán menos favorables en los próximos años aun contando con elevados flujos de inmigración, y teniendo en cuenta que la productividad, a pesar de mejorar ligeramente, sigue muy lejos de los estándares europeos y más aún de los de Estados Unidos, lo que limita nuestro nivel de vida