Más de 1,7 millones de pequeños accionistas confían en el futuro de la acción Santander

Banco Santander

La entidad despidió septiembre con un nuevo record de accionistas: 4.103.074, la mayor cifra del sector financiero internacional.  Cerca de 117.000 inversores minoritarios se han sumado desde comienzo de año al accionariado del banco.

Santander Capital Social

La pandemia sanitaria y su impacto sobre los mercados no han frenado la entrada de inversores en el capital de Banco Santander en los últimos meses. La entidad batió al cierre del mes de septiembre (últimos datos disponibles) una nueva marca histórica al superar los 4,103 millones de accionistas. 

Los bajos precios de la cotización, que se ha visto sacudida por la incertidumbre generada por la crisis del coronavirus, y la intención del banco de recuperar cuanto antes la retribución a los accionistas vía dividendo en efectivo han servido de acicate para la entrada del inversor particular, que desde comienzos de año está ganando peso en el capital social del Santander: si al finalizar 2019 representaba el 38,53%, en la actualidad este porcentaje se eleva ahora al 42,81%. De hecho, son ya 1,75 millones los pequeños ahorradores que confían en el futuro de la acción Banco Santander, 116.976 más que al cierre del ejercicio anterior. 

La rentabilidad por dividendo ha sido tradicionalmente uno de los grandes atractivos de la entidad cántabra. Sin embargo, la incertidumbre económica ante el impacto de la crisis y la recomendación del regulador europeo (BCE), que instó a todas las entidades financieras a preservar el máximo de capital posible y cancelar los dividendos, obligó a Banco Santander a suspender la retribución al accionista. Así, el pasado mes de abril, el grupo anuló el pago del dividendo complementario con cargo al ejercicio 2019 (previsto para mayo de 2020) y pospuso la decisión sobre los dividendos futuros hasta que hubiera mayor visibilidad sobre el potencial impacto de esta crisis.

No obstante, ya entonces el consejo de administración del banco emplazó a los accionistas a una junta extraordinaria – se celebró el 27 octubre- para valorar la evolución de los resultados y la solvencia del banco de cara a reanudar el pago de dividendos. En este encuentro, se aprobó una ampliación de capital liberada para la distribución de nuevas acciones equivalente a 0,10 euros por acción como remuneración complementaria de 2019. Esta operación se puso en marcha el 16 de noviembre con el inicio de la negociación de los derechos en el mercado, plazo que finalizó ayer. Será el 11 de diciembre cuando los accionistas reciban las nuevas acciones, que a partir de ese día comenzarán a cotizar en bolsa.

Con esta ampliación, Santander lidera la recuperación por parte del sector de los pagos al accionista y sitúa la remuneración total correspondiente a 2019 a 0,20 euros por acción. A los precios actuales de la acción, este importe representa una rentabilidad por dividendo en torno al 8%.

Entendemos la importancia de los dividendos para nuestros accionistas. El reparto de los beneficios es el mejor exponente de la disciplina financiera y su recurrencia aporta confianza y estabilidad a los inversores”, señaló Ana Botín, presidenta del grupo Santander, en esta junta. “La propuesta de un dividendo en acciones debe entenderse por tanto como una medida extraordinaria que hemos tomado para cumplir con la responsabilidad que tenemos con nuestros accionistas, en particular con los minoristas teniendo en cuenta el contexto actual”, explicó Botín. 

Pero el banco ha ido más allá. La entidad está dispuesta a retomar el dividendo en efectivo y espera poder distribuir en 2021 otros 0,10 euros por título, siempre que cuente con el visto bueno del BCE y que no ponga en riesgo su objetivos de CTE1, la medida clave que indica la solidez de su capital, fijado entre el 11% y el 12%. 

Lo cierto es que Santander cuenta con una sólida posición. En los nueve primeros meses del año ha fortalecido su balance con la generación de 33 puntos básicos de capital, alcanzando en septiembre una ratio CET1 del 11,98%, muy superior a los requerimientos regulatorios y con mejoras trimestre a trimestre; mantiene una calificación crediticia de máximo nivel, en línea o por encima del riesgo soberano español, dependiendo de la agencia de rating; y la entidad espera que el beneficio operativo de este año alcance los 5.000 millones de euros, frente a las estimaciones de mercado que se sitúan en torno a 3.660. La presidenta del banco se muestra positiva: “Las perspectivas para 2021 dependerán de la evolución de la pandemia, pero nuestra estrategia y nuestro modelo de negocio nos posicionan de manera favorable para seguir apoyando a los clientes y obtener resultados para los accionistas

De momento, la mejora de los resultados del banco y la proximidad de vacunas efectivas contra la pandemia se han reflejado en una subida de la cotización superior al 50% desde el 27 de octubre, fecha en la que se realizó la presentación de los beneficios del tercer trimestre.